lunes, 29 de agosto de 2022

Los pulpos son de otro planeta

Milio Mariño

Todos los veranos, vuelve la burra al trigo con la historia de que hay vida extraterrestre. Ahora son los chinos los que dicen haber detectado señales que están estudiando en la Universidad de Beijing.

Los chinos están en eso, pero aquí estamos en otras cosas. Estamos tan abrumados por el calor que no me extrañaría que quienes viven en Andalucía quisieran vivir en Marte, dónde apenas pasan de los 20 grados y disfrutan de un verano que, allí, dura seis meses. Así que no creo que a los marcianos les seduzca la idea de recorrer 70 millones de kilómetros para venir a veranear con nosotros.

Lo más probable es que no vengan. Eso suponiendo que existan, que no lo tengo yo muy claro, a pesar de lo que digan los chinos y de las múltiples pruebas que dicen tener los americanos. Tampoco tengo claro que sean como los pintan: de baja estatura, color verdoso, con la cabeza desproporcionada, unas enormes pupilas y unos brazos que parecen tentáculos.

Siempre me pareció que esa descripción, más que con un extraterrestre, se corresponde con la de un pulpo.  Y aquí viene lo bueno porque en un artículo publicado por la revista “Progress in Biophysics and Molecular Biology”, treinta y tres investigadores y científicos exponen la teoría de que los pulpos tal vez provengan del espacio exterior y hayan llegado a la Tierra a través de un cometa.

No son los únicos. Peter Godfrey-Smith, en su libro “Other minds”, dice que un pulpo es lo más parecido que tenemos en la tierra a una mente extraterrestre. Apunta que los científicos, en sus conclusiones, destacan que a nuestro planeta han llegado, y siguen llegando, organismos que pueden dar lugar a nuevas líneas evolutivas que se adaptan a nuestro mundo y prosperan en él, como sería el caso de los pulpos.

Los pulpos, para quien no lo sepa, tienen tres corazones, sangre azul, nueve cerebros (uno principal y el resto auxiliares), ocho brazos capaces de moverse de forma autónoma y dos mil ventosas con las que pueden palpar, oler, degustar y usar herramientas. También pueden cambiar de forma y de color a voluntad, son capaces de resolver problemas, aprenden de sus errores y elaboran estrategias. Poseen una gran inteligencia, una excelente memoria, capacidad para el juego, rasgos estables de personalidad y conciencia de sí mismos como los humanos, los delfines y los grandes simios.

Son un prodigio. Y sí, además, añadimos que la revista “Nature” publicó, en agosto de 2015, un estudio sobre genoma del pulpo que dio como resultado cientos de genes nuevos que no tienen homólogos en ningún animal  ni en el ser humano, la sospecha de que son de otro planeta se convierte en una certeza inquietante. Por eso que cada vez son más los científicos que sostienen la hipótesis de que la vida no se originó en la Tierra, sino que llegó a través del espacio.

Si se confirmara que los pulpos son seres extraterrestres sería una gran noticia. Supondría que ya no tendríamos por qué sentirnos amenazados ante el riesgo de que fuéramos invadidos por una civilización marciana que nos tratara como nosotros tratamos a los indios del Nuevo Mundo tras el descubrimiento de  América. Y no solo eso, también sería un aviso para navegantes. Sabrían, a lo largo y ancho del universo, que nosotros, a los extraterrestres, los comemos con patatas.

Milio Mariño / Artículo de Opinión / Diario La Nueva España

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Milio Mariño