lunes, 30 de marzo de 2015

La vida sí tiene precio

Milio Mariño

Si comparamos el dolor y la conmoción que estamos sintiendo por las víctimas del avión que hace unos días se estrelló en los Alpes, con lo que puede importarnos el naufragio de una patera o la explosión de una bomba en Oriente Medio, que cause los mismos muertos, cabe pensar que no es verdad eso que suele decirse de que la vida no tiene precio. Sí que lo tiene, depende de esa línea artificial que llaman frontera y separa los países. No vale lo mismo la vida de una persona que vive en un país rico que la de quien vive en un país subdesarrollado. En un país rico, la vida es un producto caro y bien considerado mientras que en un país pobre o del tercer mundo, es una mercancía al por mayor o un saldo que nadie quiere.

Nos guste, o no, estamos catalogados con una etiqueta que indica la procedencia y las características del producto, de modo que no sirve de nada insistir en que el valor de nuestra vida, y la de cualquiera, es incalculable. Eso de que somos seres humanos y vale lo mismo la vida de quien lo tiene todo que la de quien no tiene donde caerse muerto, está bien decirlo pero es falso. La vida, la nuestra y la de todos, cotiza en bolsa. Está sujeta a las decisiones y los caprichos de los accionistas, que son los que mandan, y en su afán por buscar el rédito a toda costa, consideran que no vale lo mismo la vida de un enfermo de hepatitis C que la de un político o un alto ejecutivo. Tampoco vale igual la de aquellos que padecen enfermedades raras, pues empieza por estar supeditada a los intereses de las compañías farmacéuticas.

Tu vida solo vale lo que mi voluntad decida, gritará el secuestrador o el terrorista suicida. Y la víctima pensará que su vida acabará valiendo lo que cuesta contratar un sicario, o la indemnización que figure en la póliza de seguros.

Así están las cosas. No sé si saben que hace poco actualizaron los precios de nuestras vidas porque estaban desfasados y querían fijar lo pagarán las aseguradoras en caso de que fallezcamos en un accidente de tráfico. Desconozco como hicieron el cálculo pero el precio quedó establecido en función de un baremo que tiene en cuenta la edad de la víctima. Consideran que nuestra vida va perdiendo valor con el paso de los años y han decidido que valemos menos de viejos. De modo que establecen una indemnización de 114.691 euros si la víctima es menor de 65 años, pero bajan a 86.018 euros si tiene entre 66 y 80 años y a 57.345 si supera esa edad.

No les aconsejo que calculen cuánto valen por trozos sueltos porque saldrían perdiendo. Una oreja está valorada en 1810 euros y el valor de un dedo va de 540 a 2870 euros, depende de qué dedo sea y si es de la mano derecha o izquierda.

Estos precios son para vidas de primera, el precio de la vida de alguien que llega patera lo desconozco. Supongo que valdrá mucho menos porque ya ven que la vida sí tiene precio pero valemos muy poco. Es más, si alguien me asalta y me grita: “la bolsa o la vida”, no descarto que mi respuesta sea: “¿de cuánto dinero estamos hablando?”

viernes, 27 de marzo de 2015

Faciendo planes pa Selmana Santa

Milio Mariño
La mio collaboración de los xueves nel Programa Noche tras Noche RPA

El mi lio d'esta selmana ye porque tamos a siete díes de Xueves Santu y toi viendo que nun me queda otra que volver a la Selmana Santa de los tiempos de Franco. Si, si… Aquella qu'abolía la diversión mundana y obligábanos a entretener la espera, hasta que Cristu resucitaba, colo más simple y lo más baratu porque tou taba zarráu.

Aquello yera una dictadura pero los probes salíemos ganando. Como tou taba cerráu nun se notaba la diferencia. Agora ta tou abiertu pero pa pasar esos díes precises una fortuna. Una fortuna que naide, o casi naide, tien, por eso que muncha xente, ente la que m'incluyo, recurre a dicir que lo suyu ye la naturaleza y la vida sana, amestando que va aprovechar la Selmana Santa pa facer senderismu pol barriu, ensin alloñase muncho de casa.

Nun ye mentira del tou. Y en casu de que lo fuere, como tamos en díes santos, sería una mentira piadosa… De toles maneres, lo que peor llevo ye que tol mundu t'entrugue y esixa qu'espliques cómo y ónde vas pasar esos díes.

Nel mio casu yá lo dixi: faciendo senderismu pol barriu. Pero tamién tengo un Plan B porque siempre ta bien tenelo pa que nun te cueyan nun renunciu y quedes cola boca abierta si t’entruguen qué pienses facer, si llueve o'l tiempu se tuerce, qu'equí ye corriente.

Pos nada, si nun ta pa dar paseos perhí nun pienso moveme de casa… Nun pienso dir, nin a pasar la tarde nun centru comercial. Odio los llugares onde va tol mundu y los restoranes qu'ufierten xornaes gastronómiques por estes feches…. De cuenta que si ta mal tiempu decatome pol recoximientu interior. Quedo dafechu en casa y dedícome a lleer ya prauticar el vía crucis ente les sábanes, actividá que, salvo la esceición del mes de vacaciones, aveza a tar desdexada polo que se refier a la so práutica a plena lluz del día.

Con estes alternatives: Senderismu pol barriu o recoximientu y vía crucis ente les sábanes, cumplo cola obligación de tener un plan pa Selmana Santa ensin salime del presupuestu.

Porqu’esa ye otra. Tamos obligaos, por llei, a respetar l'artículu 135 de la Constitución… Esi que reformaron y diz que nun podemos incurrir nun déficit estructural que supere los márxenes establecíos.

Ehí ta, por eso toi falando de planes al algame de les nuestres posibilidaes. Porque toi por apostar que munchos de los que tenéis decidíu lo que vais facer nun tuvistis en cuenta que nun podeís blincar percima del artículu 135. Que vien ser aquel artículu 33 qu'obligábanos a pasar pol aru.

La conclusión ye que tamos igual o peor que fai 40 años…. Pa min peor porque agora amás de nun dir a nengún sitiu, non porque tea tou zarráu sinón porque nun tenemos un duru, tamos obligaos a esplicalo de cuenta que, mialma, paeza que ye lo que nos apetez y escoyimos ensin que nada nin naide nos condicione.





lunes, 23 de marzo de 2015

Por el olor del dinero

Milio Mariño

Cuando abrí el periódico y vi lo del Banco de Madrid, recordé que la mayor parte del dinero que manejamos proviene del narcotráfico. El 92% de los billetes de curso legal, actualmente en circulación, contienen restos de cocaína o de alguna sustancia estupefaciente. Eso dicen varios estudios y, en concreto, uno de la Universidad de Las Palmas basado en una muestra de 120 billetes obtenidos a través de cajeros. De modo que ya lo ven, criticamos a los Bancos que manejan dinero sucio y lo que llevamos en el bolso no resistiría ni una inspección rutinaria de ese Alto Cargo de Hacienda que confunde a La Cosa Nostra con Cáritas.

¡Aquí no se libra ni el Tato, todos manejamos dinero sucio! Dirá Montoro, con esa risita a lo "Monty" Burns de los Simpson. Y dejaremos de hacerle preguntas no vaya a ser que se enfade y hable de lo nuestro.

Hablando de lo nuestro, quiero decir de lo mío, el otro día salí a estirar las piernas y me encontré con un amigo que tiene un perro que cuando lo saca de paseo no se alivia, como hacen los perros, en los árboles del parque o las ruedas de los coches. Este perro que les digo elige los cajeros de los bancos. Y mi amigo está preocupado.

Por culpa d’esti cabrón cualquier día veome nun compromisu”. Dijo mientras el perro ponía pingando el cajero y yo esperaba para sacar cuatro euros.

El perro se tomó su tiempo y, mientras esperábamos, se me ocurrió preguntar si tenía alguna preferencia o tanto le daba mear en unos cajeros que en otros. Según mi amigo, cuando está apurado levanta la pata en el primero que encuentra, pero si va tranquilo elige el de un Banco que prefiero mantener en secreto para no echar leña al fuego.

La cosa fue que el perro meo lo que quiso y él y mi amigo siguieron rumbo como si nada. Siguieron a lo suyo pero, antes de torcer a la derecha, el perro dio media vuelta y quedó mirando como quien dice: a ver este qué hace. Yo hice lo de siempre, saqué cien euros. La misma operación de rutina solo que esta vez cogí los billetes y, antes de meterlos en la cartera, me dio por olerlos. Los olí dos o tres veces y resultó que olían raro. No olían a pis de perro pero tampoco a esa tinta de imprenta que huele agradable. Era un olor distinto, ajeno a como suele oler el dinero.

Acabé por guardar los billetes pero fue como si les cogiera manía. Como si me fastidiara llevarlos en la cartera y darlos como algo propio. Y entonces me acordé del perro y de que los perros se diferencian de las personas por lo bien que olfatean.

¿Será por el olor del dinero por lo que ese perro desprecia los árboles y mea en los cajeros de los Bancos?... ¿Estará oliendo el rastro de algún cabo suelto que podría llevarnos hasta el ovillo?...

Debería tomarlo como una anécdota pero va para una semana que no paro de darle vueltas. Si el perro de mi amigo mea en los cajeros de los Bancos, no es por qué se lo mande el amo, ni creo que sea por vicio ni, menos aún, por capricho. Oler huele algo, otra cosa es que se enfade y muerda.

Milio Mariño/ Diario La Nueva España/ Artículo de Opinión

viernes, 20 de marzo de 2015

Dar sangre de baldre

Milio Mariño
La mio collaboración de los xueves nel programa de la RPA, Noche tras Noche.

El mi lio d'esta selmana ye pa celebrar que los asturianos respondieren, una vegada más, como yera d'esperar. Con una amuesa perguapa d'altruísmu y solidaridá, que fixo que los hospitales recuperaren la normalidá dempués de que se tuvieren que suspender, o reprogramar, delles intervenciones quirúrxiques por falta de sangre.

Como seguramente sabéis, la petición de les autoridaes sanitaries non solu foi atendía a escape sinón que superó les previsiones hasta'l puntu de que la unidá móvil asitiada frente a la Escuela de Mines, n'Uviéu, nun dio aguanto y a dellos voluntarios tuvieron que derivalos al centru comunal que tamién rexistró una peralta asistencia de donantes.

Cuntando con que la solución nun ye que la xente s’allegue a donar sangre cuando la llamen, que ye muncho meyor qu’aumente’l númberu de donantes que, al paecer, ye de 150 diarios y bastaría con que fueren 180 pa nun pasar aforfugu, deberíemos tar contentos y celebrar que nuna sociedá onde l’egoísmu, y el sálvese quien puea, ye santu y seña entovía quede xente solidario que s'implica y respuende de forma altruísta.

Tenemos qu’aponderar esti sistema de donaciones que ye envidiáu en tol mundu precisamente por eso, pol so altruísmu. Y, de pasu, tamién convién alvertir, como apunta’l presidente del Foru Español de Pacientes, Albert Jovell, que tan donación ye la d'un órganu sólidu (corazón o reñón) como la de daqué llíquidu como pue ser la sangre ol plasma.

Equí, n'España, ta prohibíu pagar por donar sangre dende l'añu 1985. D’aquella, fai 30 años, por una estraición pagábense 400 pesetes. Práutica que ye llegal en países como Alemaña o Estaos Xuníos, onde un llitru de sangre mercase por 50 dólares y pa munches persones, de clase baxa, supón un mediu col que ganase la vida. Una práutica qu'aumentó en tiempos de crisis, pos según reza nes estadístiques el númberu de donantes creció un 35%, de tres años a esta parte.

Perhí palantre, nos países que presumen de tar más avanzaos que nos, ven bien que la sangre puea vendese. Tal ye asina que Víctor Grifols, presidente de la primer compañía del mundu provisora de plasma y hemoderivaos, criticó que, n’España, y en base a argumentos éticos, tea prohibíu pagar poles donaciones. Amestó, incluso, qu’ellos, la so empresa, podríen pagar 60 euros per selmana, a un donante, que sumaos al paru ameyoraría la forma de vivir de delles persones.

Ha-ylos que nun se corten, que son quien a xustificar y defender barbaridaes como vender la sangre pa nun morrer de fame. Ye lo que trai esti mundu rexíu polo qu'agora llamen “mercaos” y antes llamábamos capitalismu. Un mundu cruel y cínicu nel que los más ricos ven antiguu y desfasáu que, inda, síamos altruístes y solidarios.

De momentu damos-yos en toles ñarres… Somos munchos los que vamos siguir siendo solidarios y defendiendo que la sangre nun sía negociu. La sangre, como diz el pasudoble, nin se compra nin se viende… Nun hai nel mundu dineru…

lunes, 16 de marzo de 2015

Caras nuevas frente a las viejas y maquilladas

Milio Mariño

Cada cierto tiempo, demandamos caras nuevas porque pensamos que lo nuevo es distinto y basta con que lo sea para considerarlo excelente. Una simplificación que entraña su riesgo, pues lo nuevo, por el mero hecho de serlo, no necesariamente ha de ser bueno. De todas maneras, si en tiempos normales aceptamos correr ese riesgo y pedimos que la política se renueve, imaginen ahora.

Digo “en tiempos normales” recuperando una expresión que quienes tengan mi edad, más o menos, habrán oído decir, de niños, cuando los mayores se referían al tiempo anterior a la guerra que dio paso a la dictadura. No pretendo hablarles de aquello, solo se me ocurrió que, “en tiempos normales”, venía que ni pintado para referirme a los anteriores a Gürtel, Púnica, Nóos, Palau, Pallerols, ERES, Bárcenas, Puyol, Rato, Preferentes, Bankia, Tarjetas Black… Por eso decía, y repito, que si en tiempos normales demandamos caras nuevas, ahora no es que las demandemos, es que son de extrema necesidad. No será posible ninguna regeneración política que no pase por retirar de la vista, y la vida pública, los rostros de quienes están asociados con la corrupción. Y lo siento por los que no se han metido en ningún chanchullo ni aparecen como sospechosos de nada, pero cuando digo asociados me refiero a todos. A quienes cayeron con el carrito del helado y a quienes compartían escaño o cargo en el partido y no se enteraron de lo que hacía su compañero hasta que lo leyeron en los periódicos.

Creo, sinceramente, que la única manera de evitar la quiebra de nuestra democracia es que lleguen caras nuevas. No valen apaños; no vale que sigan las mismas maquilladas de propósito de enmienda. La regeneración pasa por el desalojo masivo de los profesionales de la política. Lo malo que, al parecer, no va por ahí la cosa. Hay toda una campaña para convencernos de que las caras nuevas son un peligro. Una campaña que traspasa, incluso, nuestras fronteras. El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, lo dijo muy claro: “No nos gusta ver caras nuevas”. Se refería a Grecia, pero, de paso, mandaba un recado a España.

Para la Unión Europea son más de fiar quienes han estado robando durante décadas cientos de millones de euros, de las arcas públicas, que quienes llegan, por primera vez, a la política prometiendo luchar contra la corrupción y el fraude. Es curioso que nos adviertan del peligro de votar a un candidato que cobró 1.800 euros por una beca y consideren que no corremos ningún peligro si votamos a un partido que está siendo investigado por financiación ilegal en siete comunidades autónomas, incluida su sede de Madrid, cuya remodelación fue pagada con fondos de una Caja B, que daba para eso y para repartir sobresueldos, en dinero negro, a los altos cargos del partido.

El Banco y la Unión Europea prefieren caras antiguas antes que caras nuevas. Caras duras y, sobre todo, de derechas porque ni Juncker ni nadie advirtió a los franceses del peligro de votar a Marine Le Pen. Tampoco advirtieron a los austriacos sobre dos partidos nazis y xenófobos, FPÖ y BZÖ, que consiguieron el 30% de los votos. El peligro, según ellos, está en los que llegan planteando como objetivo acabar con la corrupción y la injusticia social. Pero eso no es nuevo, es lo de siempre.

Milio Mariño/ Articulo de Opinión/Diario La Nueva España

viernes, 13 de marzo de 2015

Del bar-tienda a la llibrería-chigre

Milio Mariño
Mi lio semanal: La mio collaboración de los xueves nel Programa Noche tras Noche de la RPA.

El mi lio d'esta selmana vien poles llibreríes… Porque l’añu pasáu cerraron n'Asturies, na menos que 57 llibreríes y ta por ver el futuru que-yos espera a les 114 que siguen abiertes, aguantando como pueden.

Esti añu que pasó foi criminal pa les llibreríes, n’Asturies cerraron una de cada trés, lo que supón el peor datu desque españó la crisis. La causa, al paecer, nun ye, solu, económica, hai un conxuntu de circunstancies qu'inclúin, amás de la crisis y la llegada del llibru electrónicu, la falta de polítiques afayadices pa fomentar la llectura, l'ausencia de compromisu de la sociedá frente al llibru y al relevu xeneracional, qu'afeuta, aproximao, al 20% de les llibreríes, que nun siguen la tradición familiar porque los fíos nun tienen la vocación d'héroes que tuvieron los padres y prefieren cerrar el negociu a siguir malviviendo o inclusu perder dineru.

Asina ye como tamos: mal tirando a peor. Los datos que publica'l CIS, tocantes a la xente que llee n'España, son pa q’unu se ponga coloráu de vergoña, pos, el 35% nun llee nunca o casi nunca; el 16,1% una o dos veces per selmana, el 12,6 dalguna vegada al mes y solu el 29,3%, llee toos o casi tolos díes. Datos que tan mui lloñe de la media europea, onde son más del doble, el 70% de la población, los que lleen a diariu.

Con too, si siguimos mirando les estadístiques, equí n’Asturies nun paez que teamos tan mal. Ocurrióseme xuntar dos datos, que me paecen significativos y mirái lo que salió: salió que por cada 100.000 habitantes tenemos 780 chigres y 10 llibreríes. Pero nun vayáis a creyer, en llibreríes, per habitante, tamos percima de la media nacional y en chigres nun somos los primeros. Supéranos Caceres, que tien más chigres per habitante que nós, un datu que si nun ye que me lo diz el CIS, mialma que nun lo creo.

Ye lo qu'hai.

Y si pregunten qué proponen, los qu’entiende d’estu, pa evitar que les llibreríes acaben cerrando toes, circulen perhí dalgunes propuestes que mialma debieron arreventar de tantu como penaron. Proponen que les llibreríes se conviertan n'espacios multidisciplinares, qu'amplíen el conceutu de llibrería, incorporando o habilitando rincones pa tomar café, charrar y celebrar tertulies lliteraries.

Ehí ta, que los espertos por dalgo son espertos, tienen idees que nun se nos ocurren al restu de los mortales. Yá ven lo qu'escurrieron, la novedosa y bien revolucionaria idea de pasar del Bar-Tienda a la Llibrería-Chigre. Claro que como los dos sectores, chigres y llibreríes, tán en crisis tampoco sería d'estrañar que fixeren la mesma propuesta los del otru bandu. Quiero dicir que propongan a los chigres que se dediquen, tamién, a vender llibros. Les llibreríes igual salíen perdiendo pero los llibros, y nós, con 7.800 chigres, que tien Asturies, como puntos de venta, frente a les 114 llibreríes qu’hai agora, ganábemos por goliada.

lunes, 9 de marzo de 2015

Mezclar religión y política

Milio Mariño

Las religiones, todas las religiones, intentan convencernos de que existe un Dios que gestiona nuestras vidas y tenemos que obedecerle y ser buenos por temor a que nos castigue, primero aquí y luego en el más allá. Aunque, claro, lo de ser buenos no es igual en España que en el Kurdistán. La definición de “bueno”, en cada caso, la gestionan los autores del invento: que se autoproclaman portadores de la verdad divina y consideran al “otro”, al que cuestiona la existencia de su Dios, de Jesucristo, Mahoma o quien sea, un infiel al que hay que convertir o combatir a toda costa. De modo que cada religión tiene por enemigo a quien profesa una religión distinta. Y, para combatirlo, no se conforman con predicar su doctrina y hacer proselitismo, sino que también anhelan dominar la vida pública mediante legislaciones y normativas acordes con sus intereses.

La historia, en este sentido, aporta multitud de ejemplos y ninguno es positivo. Pero, lejos de aprovechar la experiencia, que aconseja no mezclar religión y política, ahí tenemos al Gobierno del PP, que ve un peligro real en el adoctrinamiento musulmán por parte de los imanes y, sin embargo, no ve nada anormal en la publicación, en el BOE, del temario de la asignatura de religión que salió hace unos días. Un temario que parte de la revelación como fuente de verdad y exige que el alumno reconozca con asombro y se esfuerce por comprender el origen divino del cosmos, aceptando que no proviene del caos y el azar sino de la intervención de Dios, que también interviene en el desarrollo de la historia y determina la incapacidad de las personas para alcanzar la felicidad por sí mismas.

El problema, aquí, no es que la iglesia siga haciendo el ridículo, con sus posturas retrógradas, contrarias a la ciencia, intransigentes y estúpidamente machistas. El problema es que el Gobierno se ha cargado la Constitución de un plumazo y nos ha convertido, de facto, en un Estado confesional como Arabia Saudita o Irán.

Ese es el problema, que un Gobierno democrático no puede ceder y aceptar las presiones de ninguna confesión religiosa. Y menos de una iglesia que debido a sus errores, su cerrazón y su inmovilismo, está perdiendo fieles, y presencia en la sociedad, a manos llenas, pues al notorio descenso de la gente en las iglesias hay que sumar el descenso de alumnos que escogen la asignatura de religión.

En Asturias, la iglesia aún se mantiene en la Enseñanza Primaria, donde los matriculados en religión han pasado del 68%, el curso anterior, al 64% en el curso 2014-2015. Pero en Secundaria la cifra desciende al 33,2% y en Bachillerato alcanza solo el 12,6%.

Pretender invertir esa tendencia por la vía que han elegido el Gobierno del PP y la jerarquía de la Iglesia católica, demuestra que ambos, Iglesia y PP, están al mismo nivel de ignorancia y comparten, también, un modelo educativo que supone un paso atrás importante y solo se justifica por razones ideológicas. A día de hoy, siguen sin entender, ni asumir, que la educación en igualdad, que exige cualquier país democrático, no es compatible con ese modelo de sociedad religioso que entra en contradicción con la razón y la ciencia, el origen de la vida y el universo, y derechos humanos tan fundamentales como la libertad de orientación sexual y la libertad de las mujeres.

viernes, 6 de marzo de 2015

N’Asturies hai lladrones mui educaos

Milio Mariño
El mio camentario de los xueves nel programa Noche tras Noche de la RPA

El mi lio d'esta selmana ye pola educación y el bon rollu que, equí n'Asturies, tán amosando dalgunos de los que roben como se fixo siempre: quiero dicir de pie y usando navaya o pistola. Los otros, los que roben sentaos nun despachu, detrás d’un ordenador, yá sabíemos que yeren educaos pero mui sinvergüences.

Alló caún lo que piense, pero a mi paezme perbien que los lladrones guarden les formes. Que faigan como esi atracador que'l llunes pasáu presentóse na sucursal de la Caxa Rural, na avenida Manuel Llaneza de Xixón, y nun entró dando voces y diciendo: Esto ye un atracu. Entró tranquilamente, púnxose a la cola y esperó la vez. Foi tan discretu, inclusu al amosar la pistola y pidir al caxeru que-y diera lo que tenía, unos 2.000 euros, que'l paisanu que diba detrás dixo-y a la policía que nin s'enterara de que dieren un atracu.

El casu que va pocu más de dos meses tamién se dio otra situación paecía. La d’un rapaz que foi mui educáu cuando intentó atracar una autoescuela del barriu San Llázaro, n'Uviéu. Esta vez, anque l'atracador llevaba un gorru y una bufanda que-y tapaben la cara, debía ser pol fríu más que por otra cosa, porque pidió-y esculpes a quien diba ser la so víctima, la muyer qu'atendía na recepción, cuando esta-y dixo qu’ellí, n’autoescuela, nun teníen dineru nin caxa fuerte y qu’ella nel bolsu malpenes tenía cuatro euros y calderilla.

La muyer cuntó llueu a la policía que’l rapaz pidió-y esculpes y marchó coles manes en bolsu. Namás-y faltó dicir: perdone que sía tan torpe. Nun se-y ocurre a naide, nin al qu’asó la mantega, atracar una autoescuela: merezo esto y más que me pase.

Esti tipu d’atracadores, pa min que non lu piensen, que-yos da una ventolada y actuen movíos por un enclín que los ciega porque según datos de la policía, la recaudación d'estos atracos nun pasa, nunca, de 12.000 euros. Cantidá a la que, si-y restamos los gastos: la compra de pistoles, gorros, pasamontañes y vehículu pal desplazamientu, dexa la mano d'obra con un beneficiu netu menor que'l de cualquier fontaneru o téunicu d'eleutrodomésticos que trabaye a domiciliu. Nun ye pa nada rentable, sobremanera si tenemos en cuenta que pue dir a la cárcel y cargar con una pena de 30 a 40 años, namás por eso, ensin matar a naide.

Ye más rentable la corrupción. La media de dineru robáu, nestos casos, ye de 1,2 millones d'euros per participante. Y, a diferencia de los otros atracadores, fueraparte de nun correr nengún riesgu, casi siempre terminen pagando una multa ya ingresando por poco tiempu na cárcel.

Dios me llibre de xustificar que se robe, d’una manera o d’otra, nin de querer influyir nes preferencies de los lladrones. Camiéntolo porque mialma me llamó l’atención qu’esos lladrones, d’Uviéu y Xixón, fueren tan educaos. Pa min que cayeron na cuenta de que los modales, y non lo que se robe, ye lo que da mala fama al oficiu.





lunes, 2 de marzo de 2015

Descargar a 100 megas no evita el estreñimiento

Milio Mariño

Para el Presidente Rajoy se acabó la pesadilla. Todo va bien y lo que falta por resolver se resolverá de ahora a diciembre, de modo que no les aburro comentando el debate sobre El Estado de la Nación. Prefiero hablarles de un problema al que nadie aludió y, lo crean o no, afecta a la calidad de vida de muchos españoles. Me refiero al estreñimiento, a la gente que sufre atascos en su tránsito intestinal; lo cual, además de ser una contrariedad, avinagra el carácter y fomenta la ira de quien lo padece. Nada menos que el 25% de la población, según una encuesta de la Internacional Farmacéutica y la Universidad de Albacete.

El estudio, referido a la Comunidad Europea, señala que España ocupa el segundo lugar, solo por detrás de Italia, en cuanto a la tasa de estreñidos por cada cien habitantes. Un porcentaje, muy superior a la media, que no mereció ni una cita por parte de los políticos que intervinieron en el debate.

La disculpa, seguramente, será que no se conoce ninguna medida política que pueda paliar la situación del estreñido, por dura que sea, y que el problema solo se resuelve con fruta, resignación y paciencia. Es cierto, pero aunque fuera una mención de pasada, como se hace con los parados y los afectados por las hipotecas, significaría la comprensión y el ánimo de una voz amiga que podría facilitar el tránsito. No creo que nadie, ni siquiera Podemos, se atreviera a pedir un Plan Pive para subvencionar la compra de ese inodoro, de la empresa alemana Brown & Frankfurt Keramische, que interactúa con el usuario cuando detecta que está sentado en la taza y su actividad intestina no resulta productiva. Lo que se pide es comprensión para un problema real que afecta al 25% de los españoles. Pero volvemos a lo de siempre, a que una cosa son las cifras macroeconómicas y otra que redunden en beneficio del bienestar de la gente. De poco sirve que podamos descargar a 100 megas, si la descarga que nos interesa, y nos urge, no podemos hacerla.

Algunos, tal vez tomen a broma lo mucho que afecta el estreñimiento al bienestar de la gente. Pues bien, no estaría de más que leyeran: “Rouco, biografía no autorizada”, dónde José Manuel Vidal apunta que el arzobispo padece un estreñimiento crónico que provoca ese mal humor que, en él, tomamos por característico. Otros famosos, como Barack Obama o el Papa Francisco, más proclives a la sonrisa, han confesado el mismo problema. Y aquí sí que viene al caso la solidaridad y el apoyo que puede ofrecer un país de los llamados bolivarianos.

El pasado 15 de enero, el ministro de Exteriores de Ecuador, Ricardo Patiño, hizo público que el Papa Francisco había comentado, al Presidente Correa, su problema de estreñimiento y que Correa le había ofrecido tratarse en uno de los hospitales de la revolución ciudadana. Ofrecimiento que llegó a oídos de Obama, que confesó tener el mismo problema y solicitó ser tratado por el médico que curó a Correa de su estreñimiento, a raíz de que intentaran secuestrarlo y dar un Golpe de Estado.

No suelo ser malpensado pero debió ser por eso, por no reconocer que los estreñidos pueden curarse en un país bolivariano, que no dijeron nada en el debate sobre El Estado de la Nación.

Milio Mariño / Artículo de Opinión/ Diario La Nueva España