Milio Mariño
Ta vistu que somos moñecos de trapu en manes d'un Gobiernu de sádicos qu'esfruta torturándonos na vieyura y na enfermedá.
Hasta agora, a los pensionistes diérennos plizcos pero como aguantamos ensin malpenes quexanos, anuncien mordigaños que de xuru van ser l’entamu d'una tayada mayor. Yá sabéis, les pensiones nun se van revalorizar según l'índiz del costu la vida, sinón que van aumentar o menguar en función de la situación económica del país. De mou que como’l país va mui bien, nun hai nada que temer.
Los qu'inda tais n'activu nun tenéis qu’esmolecevos tampoco, prepárenvos una bona vexez. Les vuestres pensiones van calculase, amás de cotizar munchos más años, n'atención a la esperanza de vida y non de lo que coticéis. Tamién van tener en cuenta, el patrimoniu que tengáis: a más patrimoniu, por pocu que sía, menos pensión.
Pero tranquilos, yá vais ver como dicen que si tuvieren mandando los roxos, la cosa sedría peor. Bonu si ye que queden roxos porque de sarxentu pa enriba desertaron toos, namás quedamos la clase de tropa. Asina que non me va quedar mas remediu que facer como mio güelu: xuntame con unos cuantos, tirame al monte y defendeme con dignidá.
martes, 28 de mayo de 2013
lunes, 27 de mayo de 2013
Entre el AVE y la tortuga
Milio Mariño
Sucede, a menudo, que cuando veo de nuevo la misma película encuentro escenas que no había visto antes. Pues bien, esa fue la sensación cuando leí que alguien propone abrir un túnel, o los dos, de la variante de Pajares que se construyó para el AVE, y utilizarlo para el tren convencional. Me pareció buena idea. Una idea que, si se confirma, supondría una rebaja considerable de la duración del viaje entre Asturias y Madrid que, ahora, con al Alvia, ha quedado en 4,40 horas.
Usando el nuevo túnel ahorraríamos, como poco, esos cuarenta minutos y podríamos ponernos en Madrid en apenas cuatro horas, un avance importante que cuestionaría, incluso, la necesidad real de que Asturias necesite un trazado de Alta Velocidad.
Pero claro, todo fue aparecer la noticia y ya hubo quien puso el grito en el cielo por el dinero gastado y el trato discriminatorio que recibiría Asturias en comparación con otras comunidades que ya disfrutan del AVE.
No dudo de la buena fe de quienes se plantan y dicen que AVE o nada, pero, a veces, la realidad de las cosas es tan contraria a lo que uno había dado por supuesto que algo que le parecía obvio, después lo ha cuestionado. A mí me ha pasado y quiero creer que no soy el único. Imagino que otras muchas personas han sido capaces de llevarse la contraria al respecto de lo que pensaban en otro momento. Imagino también, aunque sea mucho imaginar, que algunos de los que no quieren dar el brazo a torcer, mantienen el tipo por el prejuicio de rectificarse a sí mismos, o por un sentimiento de venganza, entendida en el sentido de que si, el AVE, estaba prometido, proyectado y construido en la parte más costosa, que eran los túneles, tienen la obligación de cumplirlo.
Todos coincidimos en que Asturias necesita una buena conexión ferroviaria. La discrepancia aparece cuando tenemos que decidir entre un tren de velocidad alta o de alta velocidad, pues, aquí, el orden de los factores si altera el producto. En un caso estaríamos hablando de un tendido específico para el AVE y en el otro de mejorar las conexiones y que estas puedan ser utilizadas por los trenes convencionales de viajeros y también por los de mercancías.
Sin apasionamientos, y sin que prime el no enmendallo, la discusión sería si merece la pena gastar una millonada y renunciar a una salida mejor y más rápida, de personas y mercancías, hacia la Meseta, a cambio de que los viajeros reduzcan el viaje en no más de quince minutos.
Visto así, es decir como yo lo veo, sería un despilfarro. Seguiríamos incidiendo en lo que tanto hemos criticado: que se gasten miles de millones, que no tenemos, en infraestructuras sobredimensionadas y sin sentido.
Oyendo a los que discrepan, uno se sorprende de qué hayan desaparecido los partidarios del término medio y sean cada vez más los que apuestan por el todo o nada. Los que insisten en qué si se dijo esto se hace, haya que hacerlo, cueste lo que cueste y pese a quien pese.
Si ese es el argumento no insisto defendiendo la idea, apelo a lo que dijo Julio Camba cuando, un día, le informaron de que el tren llevaba retraso. No se preocupe: qué más dará llegar una hora antes que después, si el destino estará aguardándonos, tardemos lo que tardemos.
Milio Mariño/ Artículo de Opinión/ Diario La Nueva España
Sucede, a menudo, que cuando veo de nuevo la misma película encuentro escenas que no había visto antes. Pues bien, esa fue la sensación cuando leí que alguien propone abrir un túnel, o los dos, de la variante de Pajares que se construyó para el AVE, y utilizarlo para el tren convencional. Me pareció buena idea. Una idea que, si se confirma, supondría una rebaja considerable de la duración del viaje entre Asturias y Madrid que, ahora, con al Alvia, ha quedado en 4,40 horas.
Usando el nuevo túnel ahorraríamos, como poco, esos cuarenta minutos y podríamos ponernos en Madrid en apenas cuatro horas, un avance importante que cuestionaría, incluso, la necesidad real de que Asturias necesite un trazado de Alta Velocidad.
Pero claro, todo fue aparecer la noticia y ya hubo quien puso el grito en el cielo por el dinero gastado y el trato discriminatorio que recibiría Asturias en comparación con otras comunidades que ya disfrutan del AVE.
No dudo de la buena fe de quienes se plantan y dicen que AVE o nada, pero, a veces, la realidad de las cosas es tan contraria a lo que uno había dado por supuesto que algo que le parecía obvio, después lo ha cuestionado. A mí me ha pasado y quiero creer que no soy el único. Imagino que otras muchas personas han sido capaces de llevarse la contraria al respecto de lo que pensaban en otro momento. Imagino también, aunque sea mucho imaginar, que algunos de los que no quieren dar el brazo a torcer, mantienen el tipo por el prejuicio de rectificarse a sí mismos, o por un sentimiento de venganza, entendida en el sentido de que si, el AVE, estaba prometido, proyectado y construido en la parte más costosa, que eran los túneles, tienen la obligación de cumplirlo.
Todos coincidimos en que Asturias necesita una buena conexión ferroviaria. La discrepancia aparece cuando tenemos que decidir entre un tren de velocidad alta o de alta velocidad, pues, aquí, el orden de los factores si altera el producto. En un caso estaríamos hablando de un tendido específico para el AVE y en el otro de mejorar las conexiones y que estas puedan ser utilizadas por los trenes convencionales de viajeros y también por los de mercancías.
Sin apasionamientos, y sin que prime el no enmendallo, la discusión sería si merece la pena gastar una millonada y renunciar a una salida mejor y más rápida, de personas y mercancías, hacia la Meseta, a cambio de que los viajeros reduzcan el viaje en no más de quince minutos.
Visto así, es decir como yo lo veo, sería un despilfarro. Seguiríamos incidiendo en lo que tanto hemos criticado: que se gasten miles de millones, que no tenemos, en infraestructuras sobredimensionadas y sin sentido.
Oyendo a los que discrepan, uno se sorprende de qué hayan desaparecido los partidarios del término medio y sean cada vez más los que apuestan por el todo o nada. Los que insisten en qué si se dijo esto se hace, haya que hacerlo, cueste lo que cueste y pese a quien pese.
Si ese es el argumento no insisto defendiendo la idea, apelo a lo que dijo Julio Camba cuando, un día, le informaron de que el tren llevaba retraso. No se preocupe: qué más dará llegar una hora antes que después, si el destino estará aguardándonos, tardemos lo que tardemos.
Milio Mariño/ Artículo de Opinión/ Diario La Nueva España
viernes, 24 de mayo de 2013
Tamos en mayu y, esta nueche, hai lluna yen
Milio Mariño
Dicíalo ayer un estudiante portugués qu’entrevistaron pola tele: Namás nos queda la revolución. Una respuesta que podéis tomar a broma pero que ye la verdá. L’orde establezse por un equilibriu de fuerces, de cuenta que cuando esi equilibriu se ruempe, cuando l'orde nun amuesa capacidá pa introducir los cambeos que la tensión social esixe, apaez la revolución.
Güei, agora mesmu, vamos por esi camín. Voi cuntavos un detalle. Seguro que toos percibistis, dalguna vez, un fenómenu misterioso y difícil d'esplicar. Que, de sópitu, nun momentu determináu, la xente sabe que llegó'l final y dexa de tener mieu.
Pos bien, eso ye lo que va pasar. Pasará que dientro de poco, o d'un pocu más, la xente va esplotar.
Tien tola traza. Los partíos y los sindicatos yá tiraron la toballa. Tán ocupaos n'azorronar y disimular la corrupción y siéntense incapaces ya deslexitimaos p’asumir les demandes de los ciudadanos. Falen de movilizaciones, pero nun se refieran a les que convoquen ellos, que nun convoquen denguna, sinón a les del 15-M, los afeutaos poles hipoteques, la sanidá pública, les plataformes civiles y etc, etc.
Quier dicir qu’esto, tal como lo conocíemos, acabóse.
A lo meyor, pienso asina porque tamos en Mayu y, esta nueche, hai lluna yen. Pero ehí lo tenéis, güei llevantéme rebelde.
Dicíalo ayer un estudiante portugués qu’entrevistaron pola tele: Namás nos queda la revolución. Una respuesta que podéis tomar a broma pero que ye la verdá. L’orde establezse por un equilibriu de fuerces, de cuenta que cuando esi equilibriu se ruempe, cuando l'orde nun amuesa capacidá pa introducir los cambeos que la tensión social esixe, apaez la revolución.
Güei, agora mesmu, vamos por esi camín. Voi cuntavos un detalle. Seguro que toos percibistis, dalguna vez, un fenómenu misterioso y difícil d'esplicar. Que, de sópitu, nun momentu determináu, la xente sabe que llegó'l final y dexa de tener mieu.
Pos bien, eso ye lo que va pasar. Pasará que dientro de poco, o d'un pocu más, la xente va esplotar.
Tien tola traza. Los partíos y los sindicatos yá tiraron la toballa. Tán ocupaos n'azorronar y disimular la corrupción y siéntense incapaces ya deslexitimaos p’asumir les demandes de los ciudadanos. Falen de movilizaciones, pero nun se refieran a les que convoquen ellos, que nun convoquen denguna, sinón a les del 15-M, los afeutaos poles hipoteques, la sanidá pública, les plataformes civiles y etc, etc.
Quier dicir qu’esto, tal como lo conocíemos, acabóse.
A lo meyor, pienso asina porque tamos en Mayu y, esta nueche, hai lluna yen. Pero ehí lo tenéis, güei llevantéme rebelde.
jueves, 23 de mayo de 2013
Rajoy corniáu nun muslu
Milio Mariño
Sé qu'a munchos de vosotros nun vos gusten les corríes de toros, -a min tampoco- pero como lo que ta asocediendo, col PP, la corrupción y Aznar, convertióse na Fiesta Nacional, ocurrióseme tomar prestáu un titular y una semeya de la Feria de San Isidro, pal comentariu de güei.
Tamién valía aquella frase que-y dixo’l Rei a Hugo Chavez: ¿Por qué non te calles? Eso anden diciendo Rajoy y los ministros, en voz baxa, anque cuando-yos entruguen en públicu, allorien como pita llueza, nun saben qu’esculpa poner y, a la fin, dan la versión de qu'Aznar foi entrevistáu por Gloria Lomana, Francisco Marhuenda y Victoria Prego, trés periodistes d'estrema esquierda que con entrugues traicioneres llograron acorralalo y fixeron que cayera na trampa.
De toes formes, la cornada foi grave pero non mortal. Según el parte médicu, Rajoy resultó firíu, por asta d'Aznar, nel interior del muslu drecho y anque se reparen estrozos, nun sangra abondo. Ruempe venes superficiales, interesa la piel y el texíu celular. Lo cuál, dientro de la gravedá, ye bona señal.
Sé qu'a munchos de vosotros nun vos gusten les corríes de toros, -a min tampoco- pero como lo que ta asocediendo, col PP, la corrupción y Aznar, convertióse na Fiesta Nacional, ocurrióseme tomar prestáu un titular y una semeya de la Feria de San Isidro, pal comentariu de güei.
Tamién valía aquella frase que-y dixo’l Rei a Hugo Chavez: ¿Por qué non te calles? Eso anden diciendo Rajoy y los ministros, en voz baxa, anque cuando-yos entruguen en públicu, allorien como pita llueza, nun saben qu’esculpa poner y, a la fin, dan la versión de qu'Aznar foi entrevistáu por Gloria Lomana, Francisco Marhuenda y Victoria Prego, trés periodistes d'estrema esquierda que con entrugues traicioneres llograron acorralalo y fixeron que cayera na trampa.
De toes formes, la cornada foi grave pero non mortal. Según el parte médicu, Rajoy resultó firíu, por asta d'Aznar, nel interior del muslu drecho y anque se reparen estrozos, nun sangra abondo. Ruempe venes superficiales, interesa la piel y el texíu celular. Lo cuál, dientro de la gravedá, ye bona señal.
miércoles, 22 de mayo de 2013
La realidá, murnia y cruda, de los políticos
Milio Mariño
Entovía hai xente que cree que los políticos viven a cuerpu rei y ganen perres a embute. Hai muncha inorancia nel mundo. La xente nun ve, o nun quier ver, que’l Partíu Popular tenía que da-yos sobresueldos a los suyos pa que pudieren llegar a fin de mes.
El partíu ayudábalos un pocu, pero lo más triste ye que los amigos, viendo que los ministros y los altos cargos del PP taben a la quinta entruga, nun teníen otru aquello que paga-yos les bodes y les comuniones, amás de merca-yos traxes, bolsos y reloxes pa que tuvieren presentables y nun fueren perehí dando'l cante.
Pa que llueu digan que la política ye un choyu. Ríome yo de los choyos. Si non fuera por Correa y El Bigotes, la fía d'Aznar, qu’entós yera Presidente del Gobiernu, en cuenta d’un banquete de boda tendría que conformase con una espicha nun llagar corrientucu. Y los fíos d'Ana Mato con una xocolatada ensin xurros nin payasos.
Pero seguimos atesterando no mesmo. Facemos casu a los periódicos y tomámosla colos políticos. Hai quien, inclusu, s'entruga qué d'ónde sacaben esi dineru. D'ónde van sacalo alma cándida… del Bancu.
Entovía hai xente que cree que los políticos viven a cuerpu rei y ganen perres a embute. Hai muncha inorancia nel mundo. La xente nun ve, o nun quier ver, que’l Partíu Popular tenía que da-yos sobresueldos a los suyos pa que pudieren llegar a fin de mes.
El partíu ayudábalos un pocu, pero lo más triste ye que los amigos, viendo que los ministros y los altos cargos del PP taben a la quinta entruga, nun teníen otru aquello que paga-yos les bodes y les comuniones, amás de merca-yos traxes, bolsos y reloxes pa que tuvieren presentables y nun fueren perehí dando'l cante.
Pa que llueu digan que la política ye un choyu. Ríome yo de los choyos. Si non fuera por Correa y El Bigotes, la fía d'Aznar, qu’entós yera Presidente del Gobiernu, en cuenta d’un banquete de boda tendría que conformase con una espicha nun llagar corrientucu. Y los fíos d'Ana Mato con una xocolatada ensin xurros nin payasos.
Pero seguimos atesterando no mesmo. Facemos casu a los periódicos y tomámosla colos políticos. Hai quien, inclusu, s'entruga qué d'ónde sacaben esi dineru. D'ónde van sacalo alma cándida… del Bancu.
martes, 21 de mayo de 2013
El Conceyu de Madrid subvenciona una web de contactos
Milio Mariño
Los escritorinos, como un servidor, mialma plasmamos. Pensábemos que teníemos, anque namás fuera un plizcu d'imaxinación y la realidá ta demostrando que tenemos menos imaxinación qu'un grillu. Na vida se nos podía ocurrir qu'una web de contactos n'internet, recibiera del Conceyu de Madrid, nin de conceyu denguno, 42.500 euros de subvención.
La nuesa imaxinación, por muncho que la echemos a volar, nun llega ehí, nin algama a xustificar tamaña golfería diciendo qu'una Web qu'anuncia como actividá: lligar, tener amistá, sexu y amor, ye una micropyme innovadora que resulta vital pa collaborar nel cambéu de modelu económicu.
Pos bien, tou eso díxolo'l compañeru de l’alcaldesa Botella, Iñaki Ortega, que foi quien dio la subvención. Y dixo más. Dixo que "el comerciu electrónicu, les nueves tecnoloxíes y les plataformes web, convertiéronse nel nichu de referencia de les nueves actividaes económiques, con independencia del sector". Y amestó qu'ésti, en concretu, ye un sector "onde la tecnoloxía ye bien importante, ye dafechu llegal y tien una clientela bien respetable".
Yo, la verdá, en cuenta xulgalo y mandalo a la cárcel, proponíalo pa un premiu de relatu fantásticu y de ciencia ficción.
Los escritorinos, como un servidor, mialma plasmamos. Pensábemos que teníemos, anque namás fuera un plizcu d'imaxinación y la realidá ta demostrando que tenemos menos imaxinación qu'un grillu. Na vida se nos podía ocurrir qu'una web de contactos n'internet, recibiera del Conceyu de Madrid, nin de conceyu denguno, 42.500 euros de subvención.
La nuesa imaxinación, por muncho que la echemos a volar, nun llega ehí, nin algama a xustificar tamaña golfería diciendo qu'una Web qu'anuncia como actividá: lligar, tener amistá, sexu y amor, ye una micropyme innovadora que resulta vital pa collaborar nel cambéu de modelu económicu.
Pos bien, tou eso díxolo'l compañeru de l’alcaldesa Botella, Iñaki Ortega, que foi quien dio la subvención. Y dixo más. Dixo que "el comerciu electrónicu, les nueves tecnoloxíes y les plataformes web, convertiéronse nel nichu de referencia de les nueves actividaes económiques, con independencia del sector". Y amestó qu'ésti, en concretu, ye un sector "onde la tecnoloxía ye bien importante, ye dafechu llegal y tien una clientela bien respetable".
Yo, la verdá, en cuenta xulgalo y mandalo a la cárcel, proponíalo pa un premiu de relatu fantásticu y de ciencia ficción.
lunes, 20 de mayo de 2013
El mar tiene sus propias leyes, no acepta la Ley de Costas
Milio Mariño
Viendo como viene la primavera, lluviosa y fría que casi parece el invierno, uno se pregunta si no habremos entrado, ya, en ese momento del no retorno que anunciaban para el cambio climático. Los indicios apuntan que sí, lo que pasa qué a ver quién es el guapo que se atreve a sacar el tema, ahora que los problemas de subsistencia son lo más inmediato. Allá se las compongan los que estudien el siglo veinte y se pregunten como fue que hicimos tan poco por evitar lo que todavía era evitable.
Dicho esto, conviene precisar que si el clima se ha vuelto loco y no reconoce las estaciones del año, la responsabilidad no es, solo, de España. Compete al mundo entero y, en especial, a China y Estados Unidos, que tomaron, y siguen tomando, el protocolo de Kyoto como la embestida de Don Quijote a los molinos de viento. Lo que sí es cosa nuestra, es que aún estábamos a tiempo de impedir que el desastre costero fuera irreversible. Bastaba con devolverle al mar lo que es suyo y a nosotros lo que es de todos. Tarea que sería posible si no fuera que nuestros gobernantes conciben el país como esos inquilinos gamberros que saben que dentro de poco tendrán que abandonar el piso y actúan como si no les importaran los desperfectos. Ahí los tenemos, imponiendo una nueva Ley de Costas con el alucinante argumento: “El impacto ya está hecho, aprovechémoslo”. Eso dijo, el secretario de Estado de Medio Ambiente, Federico Ramos.
Intuyo, por tanto, que no es cierto que el PP pisotee deliberadamente las leyes del PSOE, pero si, por casualidad, les da un pisotón, se alegra de habérselo dado. La excusa, para todo, es la crisis y la herencia recibida. Una herencia que, en este caso, suponía aplicar la ley para corregir, paulatinamente, los desmanes que se habían cometido, en terrenos de dominio marítimo, durante los años sesenta y setenta del siglo pasado.
Nunca entenderé por qué, tierra adentro, tienen tan poco respeto por el mar. Digo poco y debería decir ninguno, pues da la impresión que, quienes hacen las leyes, solo se acercan a la costa en verano, para bañarse y tomar un refresco en un chiringuito.
Lo lógico, para los que vemos el mar a diario, sería que estuviéramos hablando de estrategias de retroceso. Es decir, de evitar daños mayores a las playas y a los bienes inmuebles, aportando, además, seguridad a las personas, pero el PP acaba de hacer lo contrario. Nos acerca más al mar, permite la invasión del litoral, da pie para que lo privado se apropie de lo público, suplanta las competencias locales y autonómicas y, todo eso, lo hace por las bravas, imponiendo su criterio y sin escuchar a quienes apuntan, por ejemplo, algo tan elemental como que el Cantábrico no es el Mediterráneo.
Para el Gobierno, las tropelías no las cometieron quienes plantaron sus casas, sus chiringuitos o sus hoteles en espacios de dominio público ganados al mar, las cometió la Ley de Costas de 1988, por un exceso de proteccionismo. Una ley que acaban de eliminar sin advertir que da igual lo que legislen porque el mar tiene sus propias leyes. Quizá en Madrid no lo sepan, pero aquí sabemos que el Cantábrico no aceptará esta Ley de Costas, se pongan como se pongan.
Viendo como viene la primavera, lluviosa y fría que casi parece el invierno, uno se pregunta si no habremos entrado, ya, en ese momento del no retorno que anunciaban para el cambio climático. Los indicios apuntan que sí, lo que pasa qué a ver quién es el guapo que se atreve a sacar el tema, ahora que los problemas de subsistencia son lo más inmediato. Allá se las compongan los que estudien el siglo veinte y se pregunten como fue que hicimos tan poco por evitar lo que todavía era evitable.
Dicho esto, conviene precisar que si el clima se ha vuelto loco y no reconoce las estaciones del año, la responsabilidad no es, solo, de España. Compete al mundo entero y, en especial, a China y Estados Unidos, que tomaron, y siguen tomando, el protocolo de Kyoto como la embestida de Don Quijote a los molinos de viento. Lo que sí es cosa nuestra, es que aún estábamos a tiempo de impedir que el desastre costero fuera irreversible. Bastaba con devolverle al mar lo que es suyo y a nosotros lo que es de todos. Tarea que sería posible si no fuera que nuestros gobernantes conciben el país como esos inquilinos gamberros que saben que dentro de poco tendrán que abandonar el piso y actúan como si no les importaran los desperfectos. Ahí los tenemos, imponiendo una nueva Ley de Costas con el alucinante argumento: “El impacto ya está hecho, aprovechémoslo”. Eso dijo, el secretario de Estado de Medio Ambiente, Federico Ramos.
Intuyo, por tanto, que no es cierto que el PP pisotee deliberadamente las leyes del PSOE, pero si, por casualidad, les da un pisotón, se alegra de habérselo dado. La excusa, para todo, es la crisis y la herencia recibida. Una herencia que, en este caso, suponía aplicar la ley para corregir, paulatinamente, los desmanes que se habían cometido, en terrenos de dominio marítimo, durante los años sesenta y setenta del siglo pasado.
Nunca entenderé por qué, tierra adentro, tienen tan poco respeto por el mar. Digo poco y debería decir ninguno, pues da la impresión que, quienes hacen las leyes, solo se acercan a la costa en verano, para bañarse y tomar un refresco en un chiringuito.
Lo lógico, para los que vemos el mar a diario, sería que estuviéramos hablando de estrategias de retroceso. Es decir, de evitar daños mayores a las playas y a los bienes inmuebles, aportando, además, seguridad a las personas, pero el PP acaba de hacer lo contrario. Nos acerca más al mar, permite la invasión del litoral, da pie para que lo privado se apropie de lo público, suplanta las competencias locales y autonómicas y, todo eso, lo hace por las bravas, imponiendo su criterio y sin escuchar a quienes apuntan, por ejemplo, algo tan elemental como que el Cantábrico no es el Mediterráneo.
Para el Gobierno, las tropelías no las cometieron quienes plantaron sus casas, sus chiringuitos o sus hoteles en espacios de dominio público ganados al mar, las cometió la Ley de Costas de 1988, por un exceso de proteccionismo. Una ley que acaban de eliminar sin advertir que da igual lo que legislen porque el mar tiene sus propias leyes. Quizá en Madrid no lo sepan, pero aquí sabemos que el Cantábrico no aceptará esta Ley de Costas, se pongan como se pongan.
Milio Mariño/ Artículo de Opinión/ Diario La Nueva España
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