Estrenamos junio con la noticia
de que Saint-Gobain Sekurit anuncia cuarenta despidos en su fábrica de Avilés.
El motivo, según la dirección de la empresa, son las dificultades propias de un
modelo de negocio que necesita transformarse para adaptarse a las nuevas
circunstancias. Añaden, además, que el mercado se ha visto drásticamente
reducido estructuralmente y que la tendencia indica que no se recuperarán las
cifras de venta prepandemia.
Desconozco las causas que
esgrimirá la empresa para justificar los despidos cuando presente el ERE. No
las sé, pero tampoco me preocupan porque sean las que fueren, o serán mentira o
estarán injustificadas. Solo con lo que han avanzado alcanza para demostrar que
mienten. Eso de que su modelo de negocio necesita transformarse para adaptarse
a las nuevas circunstancias ya da la pista de que no han discurrido mucho. Su
modelo de negocio y el de todos. A ver si resulta que acaban de descubrir,
ahora, que el mundo cambia y hay que adaptarse a las circunstancias. Es lo que
parece porque la novedosa solución que plantean es la muy antigua de despedir a
los trabajadores.
El segundo argumento, lo de que
no se recuperarán las cifras de venta prepandemia, también es para nota. El
informe Eascy, elaborado por Price Waterhouse Coopers estima que, en Europa, el
número de matriculaciones crecerá un 34% hasta 2030, de 18 a 24 millones de
unidades.
Sin profundizar más, así a bote
pronto, se imponen dos conclusiones. Primero, que las empresas están en una
evolución y transformación constantes y no es que la dirección despierte un día
por la mañana y diga hay que evolucionar, como apunta Saint Gobain. Y segundo,
que la disminución de las ventas en el mercado del automóvil es coyuntural y ya
se atisba un repunte.
Curiosamente, Saint Gobain
plantea los despidos justo cuando se cumplen los seis meses de salvaguarda del
empleo que el Gobierno había establecido para las empresas que hubieran realizado
un ERTE por causas económicas, técnicas, organizativas y de producción y se
hubieran beneficiado de la exoneración de cuotas a la seguridad social.
Pero no vale lamentarse. Los
despidos están ahí y los trabajadores, como siempre, van a tenerlo muy difícil.
Lo cual no quiere decir que se den por vencidos y no luchen por que la empresa
respete lo que dice respetar y nunca respeta: Que el despido sea siempre la
última opción y que antes se busquen otras fórmulas de adaptación y
organización del trabajo que puedan impedirlo.
No es así porque parece que el
dinero lo suple todo y que con indemnizar ya es suficiente. Se olvida que
detrás de cada despido hay una persona que ha dedicado años de su vida a una
empresa que, a las primeras de cambio, lo pone en la calle.
Por ahí arriba no se repara en lo
traumáticos que son los despidos. En este caso ni Saint Gobain ni nuestro
consejero de Industria, Enrique Fernández, que acaba de manifestar: “Le hemos
trasladado a la compañía que si en el momento actual se ve obligada a reducir
su plantilla por circunstancias de mercado, en el mismo momento en que este
mercado vuelva a traccionar, a soplar viento de cola, pues que se planteen la contratación de más personal”.
Otro lince. Otro ejecutivo brillante
que aborda los despidos de una multinacional con el mismo planteamiento que
serviría para un chiringuito de playa.
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Milio Mariño