Milio Mariño
Me había pasado otras veces y esta semana volvió a pasarme. Esta semana me abordó una señora y dijo que se reía mucho con mis artículos. Le contesté que lamentaba decepcionarla pero que siempre escribo para que me tomen en serio. El problema, a lo mejor, viene de que intento ver las cosas de otro modo y, a veces, sin darme cuenta, utilizo palabras que cuando se juntan les encanta gastar bromas y hacer cosquillas a los lectores.
Hago la oportuna advertencia porque quiero comentarles una propuesta que me parece muy seria. Se trata de lo que dijo el secretario general de Foro, Francisco Álvarez-Cascos, que propuso, hace unos días, introducir en Asturias la cabra hispánica y potenciar la pesca fluvial como "recursos autóctonos" que favorezcan el desarrollo económico de la región.
La propuesta, que pasó desapercibida para el resto de partidos políticos, creo que es digna de estudio. Pienso que debería abrirse un debate sobre si sería bueno despoblar el parlamento asturiano y poblar el Sueve y el Aramo con la genuina cabra española. La famosa cabra montés protagonista de un conocido pasodoble. Bueno, no se sí fue a la cabra o al gato montés, pero para el caso es lo mismo. Se trata de una especie que vivió en Asturias, en tiempos inmemoriales, y hace tiempo que ya no vive porque seguramente tuvo que emigrar, como pasa con los jóvenes que tienen que cruzar el Pajares porque el habitat, el espacio donde desearían vivir y reproducirse, condiciona su vida hasta hacerla imposible.
Cascos, que es conservador y amante del orden, quiere colocar a las personas y los animales, en el sitio donde, a su juicio, deben estar. Las cabras en el monte y los socialistas en la prehistoria. Opinión que comparte su candidata Cristina Coto, que dijo en Lastres que Javier Fernández es como el hombre del Sidrón, que lleva tres años metido en la cueva y sale ahora para prometer, en quince días, lo que no hizo en toda la legislatura.
Sorprende qué la propuesta, de poblar nuestras montañas con cabras, no fuera considerada por el resto de fuerzas políticas. La cabra es un animal interesante que puede ser aprovechable no solo para alegrar el paisaje y divertirse cazando, sino para potenciar el I+D+I. Han leído bien. Quienes piensen que no hablamos en serio deberían echar un vistazo al reciente proyecto de la Fundación para la Ciencia y la Tecnología Textil de la Universidad del Miño, en la vecina Portugal, donde el investigador Clecio Lacerda acaba de patentar unos nuevos guantes para los porteros de fútbol, basados en las estrías y la configuración de las pezuñas de la cabra montés. Unos guantes que ya fueron probados con éxito por Eduardo, portero de la selección portuguesa y por Bento, del Sevilla CF.
Es evidente que si en la región de Tras os Montes no hubiera cabras monteses a los investigadores de la Universidad del Miño no se les hubiera ocurrido inventar esos nuevos guantes para los porteros de fútbol. Detalle que Cascos, quizá, ni siquiera conocía y añade un nuevo aliciente a lo que propuso. Por eso insisto en que los candidatos al Gobierno del Principado harían bien en abordar la propuesta antes de rechazarla por populista. Llenar nuestros montes de cabras puede contribuir al objetivo de transformar nuestras estructuras económicas y, en principio, no supone un gran desembolso.
Me había pasado otras veces y esta semana volvió a pasarme. Esta semana me abordó una señora y dijo que se reía mucho con mis artículos. Le contesté que lamentaba decepcionarla pero que siempre escribo para que me tomen en serio. El problema, a lo mejor, viene de que intento ver las cosas de otro modo y, a veces, sin darme cuenta, utilizo palabras que cuando se juntan les encanta gastar bromas y hacer cosquillas a los lectores.
Hago la oportuna advertencia porque quiero comentarles una propuesta que me parece muy seria. Se trata de lo que dijo el secretario general de Foro, Francisco Álvarez-Cascos, que propuso, hace unos días, introducir en Asturias la cabra hispánica y potenciar la pesca fluvial como "recursos autóctonos" que favorezcan el desarrollo económico de la región.
La propuesta, que pasó desapercibida para el resto de partidos políticos, creo que es digna de estudio. Pienso que debería abrirse un debate sobre si sería bueno despoblar el parlamento asturiano y poblar el Sueve y el Aramo con la genuina cabra española. La famosa cabra montés protagonista de un conocido pasodoble. Bueno, no se sí fue a la cabra o al gato montés, pero para el caso es lo mismo. Se trata de una especie que vivió en Asturias, en tiempos inmemoriales, y hace tiempo que ya no vive porque seguramente tuvo que emigrar, como pasa con los jóvenes que tienen que cruzar el Pajares porque el habitat, el espacio donde desearían vivir y reproducirse, condiciona su vida hasta hacerla imposible.
Cascos, que es conservador y amante del orden, quiere colocar a las personas y los animales, en el sitio donde, a su juicio, deben estar. Las cabras en el monte y los socialistas en la prehistoria. Opinión que comparte su candidata Cristina Coto, que dijo en Lastres que Javier Fernández es como el hombre del Sidrón, que lleva tres años metido en la cueva y sale ahora para prometer, en quince días, lo que no hizo en toda la legislatura.
Sorprende qué la propuesta, de poblar nuestras montañas con cabras, no fuera considerada por el resto de fuerzas políticas. La cabra es un animal interesante que puede ser aprovechable no solo para alegrar el paisaje y divertirse cazando, sino para potenciar el I+D+I. Han leído bien. Quienes piensen que no hablamos en serio deberían echar un vistazo al reciente proyecto de la Fundación para la Ciencia y la Tecnología Textil de la Universidad del Miño, en la vecina Portugal, donde el investigador Clecio Lacerda acaba de patentar unos nuevos guantes para los porteros de fútbol, basados en las estrías y la configuración de las pezuñas de la cabra montés. Unos guantes que ya fueron probados con éxito por Eduardo, portero de la selección portuguesa y por Bento, del Sevilla CF.
Es evidente que si en la región de Tras os Montes no hubiera cabras monteses a los investigadores de la Universidad del Miño no se les hubiera ocurrido inventar esos nuevos guantes para los porteros de fútbol. Detalle que Cascos, quizá, ni siquiera conocía y añade un nuevo aliciente a lo que propuso. Por eso insisto en que los candidatos al Gobierno del Principado harían bien en abordar la propuesta antes de rechazarla por populista. Llenar nuestros montes de cabras puede contribuir al objetivo de transformar nuestras estructuras económicas y, en principio, no supone un gran desembolso.
Milio Mariño/Artículo de Opinión/ Diario La Nueva España
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Milio Mariño