lunes, 14 de marzo de 2016

Insisto, a riesgo de resultar un peñazo

Milio Mariño
Mi artículo de los lunes en La Nueva España.

Hace unos días tuve que puntualizar que no escribo para convencer. Escribo y ya está. Sé que mi opinión, vertida aquí, quizá trascienda un poco más allá del bar donde tomo café, pero nada más. Es decir, soy consciente de que diga lo que diga no será importante, así que cuando me pongo a escribir lo hago con la tranquilidad de que no me temblarán las palabras, hable de lo que hable.

 Insisto porque hubo quien entendió que en mi artículo de la semana pasada pretendía sentar cátedra, y convencer, sobre el papel que le corresponde a Podemos. Dios me libre de tamaña desfachatez. Era solo una opinión. Una opinión que partía de un planteamiento muy simple: Aunque nuestros ojos estén puestos en el horizonte, la vida se explica mirando al pasado. Es por eso que nuestros sueños y nuestras vidas pocas veces coinciden. Siempre quedamos lejos de lo que hubiéramos deseado. Siempre acabamos dando ortigas antes de llegar a “La Tierra Prometida”. De modo que la frustración, o el fracaso, habrá de medirse por la distancia, mayor o menor, a esa tierra de promisión.

Me refiero, claro está, a lo personal, pero también vale para la política. Apostar por el todo o nada servirá para mantenernos libres de culpa, pero no sirve para gobernar. Ya sé que hay gente que sigue creyendo en milagros. Gente que promete las mil maravillas, las deja ahí, y culpa a los demás de que no sé consigan. Eso sale gratis. Lo costoso, lo duro y difícil, es ejercer la responsabilidad de llevar a la práctica mejoras reales. Y cuesta más, todavía, hacerlo teniendo en cuenta nuestra pertenencia y dependencia de un sistema que nos obliga a cumplir con ciertas obligaciones. Prescindir de ese compromiso supondría la ruptura con los países de nuestro entorno que, por cierto, constituyen sociedades más avanzadas que la nuestra  y no han llegado a esa situación con gobiernos maravillosos, sino por la denostada alternancia de gobiernos conservadores y socialdemócratas. Por ese procedimiento, tan poco válido para algunos, los principales países de Europa están mejor que nosotros en educación, justicia, salud,  estado de derecho y desarrollo democrático. Tienen más y mejor empleo, mejores salarios y mejor calidad de vida.

Dicho esto, estoy de acuerdo en que el tamaño del cambio es directamente proporcional a la voluntad política. Tiene que haber voluntad, real, de cambiar para que se modifique el estado actual de las cosas. Y, en ese sentido, tal vez el acuerdo entre el PSOE y Ciudadanos se quede corto y se acerque más a un Recambio que al Cambio propiamente dicho.

 Visto así, cabe pensar que elegir el Recambio es tanto como apostar por la mediocridad. Aunque bueno, Tierno Galván, que no era precisamente un mediocre, justificaba esa apuesta de esta manera:  "Quienes creemos que debemos luchar por el bien de todos, hemos aceptado y aceptamos la presencia de la mediocridad como un escalón democrático, hasta que una mayor igualdad de bienestar produzca una mayor desigualdad de espíritu".

Suscribo lo dicho por el profesor Tierno. Y, para que no se diga que me aprovecho de las citas brillantes, lo amplío con la respuesta de un entrenador de fútbol al que dieron a elegir entre dos jugadores. Traducido a lo que comentamos la respuesta sería: para jugar una final Pablo Iglesias, para jugar todos los domingos, Pedro Sánchez.

Milio Mariño

viernes, 11 de marzo de 2016

Asturies: pocos neños… y munchos vieyos

La mio collaboración de los xueves nel Programa Noche tras Noche de la RPA.

El mi lio d'esta selmana ye un lio depende cómo se mire. Si tomamos, por separáu, dos datos estadísticos referíos a la población d'Asturies, tenemos un problema. Si los xuntamos siguimos teniendo'l mesmu problema pero atopamos una esplicación que, quiciabes, non sía científica pero tien sentíu.

Vamos al casu: Asturies tien una tasa de natalidá de les más baxes d'España, pero resulta que, al empar, tenémos el mayor índiz de mortalidá del país. Los dos datos xuntos llévennos a una crisis demográfica del copón. Y los espertos apunten que la solución ye que ñazan más neños… Que si, que nun digo que tea mal… Pero equivoquen el tiru… A la mio manera de ver, la escasez de ñacimientos depende, más que nada, del altu índiz de mortalidá. ¿Quién va querer ñacer equí si ye onde más y primeru se muerre? Asina que yá puen dexar de falar de tou eso que falen siempre….

Qué si la crisis… Les dificultaes económiques… Lo caro que ta la vivienda… El pocu trabayu qu'hai y lo mal pagáu que ta…. Nada… Alloriar la perdiz…. Lo que, daveres, pasa ye que los espermatozoides que van camín del óvulu, en cuantu s’enteren del índiz de mortalidá qu’hai equí, dan media vuelta y escapen xiblando.

Esta teoría, estu de qu'aumentaría la natalidá si los asturianos viviéremos más, ocurrióseme a mi... Y nun discuto que tenga pocu de científicu y muncho d’interés personal. Unu, que yá ye mayor, ta nel negociu de vivir munchos años… Dalgo que, por supuestu, nun comparte la tesorería de la Seguridá Social, que siempre acaba diciendo que'l problema d’Asturies ye qu'el 40 % de la población pasa de 64 años.

Estos, los de la Seguridá Social, la solución que baraxen, pa rebaxar esi datu, ye más ñacimientos. Nun dicen que muerran los vieyos porque nun s’atreven pero piénsenlo.

Lo que yo plantego ye que nun ñacen más neños porque'l nuesu índiz de mortalidá ye'l más altu d'España. Igual nun toi acertáu, pero yá probaron con otres midíes y tururú que te vi corneta. Va unos años, nel Conceyu de Ponga, alcordaron dar 3.000 euros a la pareyes que fueren vivir ellí y otros 3000 per cada neñu que tuvieren. Una ufierta que paecía bien guapa, pero nun dio resultáu.

Total que seguimos como tábemos… Col problema de que, n'Asturies, ñacen pocos neños y hai munchos vieyos… a pesar de que muerren primero que n'otros sitios.

Si la cosa nun sé remedia dicen que nel 2023, que yá ta ehí, vamos tener 67.000 habitantes menos y solu cuatro de cada diez asturianos tarán n'edá de trabayar. Son pocos, pero queden en menos si, como paez, tres de los cuatro van siguir en paru.

Tenémos un problema demográficu, pero la solución nun pue cayer solo d'un llau. L’índiz de natalidá hai que meyoralo… Y el de mortalidá tamién. La solución nun ye que ñazan más neños… Ye que ñazan más neños y los vieyos sigan viviendo.

Milio Mariño

lunes, 7 de marzo de 2016

Pajaritos por aquí, pajaritos por allá

Milio Mariño

No suelo comentarlo porque me da corte, pero a veces pienso que soy más adolescente ahora que entonces. Y si solo fuera eso, un pensamiento, pues bueno… Pero debe ser más, pues nunca falta algún familiar o amigo que, de vez en cuando, me dice que tengo pájaros en la cabeza. No lo tomo a mal. Al contrario, respondo que procuro cuidarlos para que estén siempre conmigo porque disfruto y me divierto con ellos. Ya soy mayor y, además, como los pájaros van y vuelven, me queda tiempo de sobra para estar a solas con la realidad.

A solas estaba cuando leí: Exigir un tope salarial para los más ricos, la jubilación a los 60 años, una renta mínima, de 600 euros, para cada ciudadano, dejar de cumplir la obligatoriedad del déficit, nacionalizar las principales empresas energéticas, un mayor control a las empresas multinacionales, reducir el gasto militar, suprimir las SICAV…

No sigo porque se habrán dado cuenta de que estaba leyendo el Programa Económico de Podemos. Pues bien, cuando acabé de leerlo, me acordé de aquella película en la que Groucho le pide al camarero una lista interminable de platos y, al terminar, se oye a Chico gritar desde el camarote: ¡Y dos huevos duros! Luego suena la bocina de Harpo y Groucho añade: en lugar de dos, ponga tres.

Admito que los de Podemos me caían muy bien. Es más, sí hubiera estado en uno de esos momentos en los que tengo la cabeza a pájaros, seguro que hubiera dicho: ¡Estupendo! Y, a lo mejor, hasta hubiera añadido… Y dos huevos duros. Pero estaba a solas con la realidad y la realidad obliga a reconocer que es imposible que se puedan introducir esos cambios por la vía de las urnas. Insistir, como insiste Podemos, en que, si se cuenta con ellos para el Gobierno, todo eso se llevará a efecto, es mentir, engañar y crear falsas expectativas. El caso, aún reciente, de Grecia puede servirnos de ejemplo para aventurar qué pasaría con España si se acometieran esas medidas. Unas medidas que Podemos ha planteado desde una ambigüedad muy calculada para atraer al mayor número de votantes: tanto de la izquierda rupturista, como de la izquierda moderada, los desencantados de cualquier signo e incluso los del centro político.

Por sorprendente que parezca, ha sido ahora, en el Debate de Investidura, cuando Podemos ha revelado que es de izquierdas y se considera heredero del legado de Pablo Iglesias, el fundador de PSOE. Hasta hace nada huían del vocabulario de clase con frases como “los de arriba y los de abajo”, con las que solían cerrar un discurso interclasista, en el que no reconocían ser de izquierdas ni de derechas.

Ahora dicen que la izquierda son ellos, y nadie más, y lo escenifican con un beso que se adivina amañado para ser portada de periódicos y telediarios.

Menos pájaros señor Iglesias. Menos Programa de Alicia en el País de las Maravillas y menos besos, arrogancia y falsas expectativas. Menos Sálvame Deluxe y más seriedad y cordura. Baje ya de la nube. No le discuto que, como a mí, le gusten los pájaros en la cabeza, pero los pájaros saben cuándo tienen que estar y cuando tienen que irse. No los convoque para un Debate de Investidura porque lo suyo, lo de los pájaros, no es la política. Es otra cosa.

Milio Mariño / Artículo de Opinión / Diario La Nueva España

viernes, 4 de marzo de 2016

Falar en B

La mio collaboración de los xueves en Noche tras Noche de la RPA

El mi lio d'esta selmana ye que, ensin dame cuenta, toi falando fora de la llei… Non lu sabía pero asina ye… Yá se que vais dicime. Tu como toos… Cuando te pañen nun renunciu: Non lu sabía… Non m’alcuerdo…Soi medio fatu… Eso ya ta mui vistu.

Tará pero nun ye'l casu. Llevo tola vida falando como creo que tengo que falar, como falaba mio güelu, pero esti día, cuando lleí esi twit de Cherines, la presidenta del PP Asturianu, nel que presumía de llograr que namás se pudiera usar el castellán nel parlamentu autonómicu… Dixi: Meca… Pa m’idea toi falando en B. Si porque Cherines ta mui al tantu de la corrupción… Sobre tou de la llingüística. Buenu y de la otra tamién, porque, agora, el PP asturianu lleva la contabilidá como ta mandáu, non como antes de que llegara ella, que yera un caos.

Asina que yá ven… Yo ensin enterame y falando en B. Que nun ye falar en baldre… ye falar en negru, de tapadillu. Como comprar el periódicu con un billete de Quinientos…. Cosa que pue facese pero que mosquia a les autoridaes. Anque buenu, non tantu como falar nel parlamentu asturianu na nuesa llingua, que ta prohibíu. De mou que nun s'estrañen si cualquier xueves sintonicen Noche tras Noche y nun oyen los mios llíos selmanales.

Viendo cómo ta la cosa, yo yá non me plantego defender l'usu del asturianu, namás me plantego que puea siguir falándolo ensin que m'escuerran o me metan en chirona. Confórmome con que non me traten como alló polos años sesenta del sieglu pasáu… Con que por orde del cura, o l'autoridá competente, que nesti casu sería Cherines, nun se presente una pareya de la Guardia Civil y me detenga en cualesquier chigre.

Fora d'equí, quiero dicir allá per Galicia, Cataluña o'l País Vascu, seique nun s'entiende, pero lo que pidimos nun ye que fomenten l'usu del asturianu, ye que non lu prohiban. Nun desaxero… Imaxinen como tará la cosa que la presidenta d'ún de los principales partíos, una asturiana nacía en Xixón, presume, ante los asturianos y el públicu, en xeneral, de prohibir l'usu del asturianu nel parllamentu autnómicu.

Podía toma-ylo a mal pero, pa min, que va ser ignorancia. Tien que ser eso porque Cherines, dau'l partíu nel que milita, barrunto que será cristiana y devota de la Virxe de Cuadonga. Si asina ye tendría que conocer un llibru d’Agustín de la Villa, publicáu en 1923, que se titula Remontóse la Santina. Un llibru nel que diz Agustín que la nuestra vixen falando con otra, nun sé si la Pilarica o La Moreneta, protesta porque los asturianos s'empeñen en rezar d'otru moldu que nun sía na so llingua, nuna xirigoncia que nun entiende. Y pon en boca de la Santina que los asturianos tienen que rezar y pidíi les coses como Dios manda. O sía, n’asturianu… Siéntolo por Cherines… Pero si La Santina diz que falar como Dios manda ye falar n’asturianu yo voi facéi casu, anque me detengan. 

Milio Mariño

lunes, 29 de febrero de 2016

Si no existiera hoy

Milio Mariño

Algunas veces sucede que una tontería se pone a dar vueltas por la rotonda de nuestra cabeza y sigue ahí hasta que pides a gritos que te deje dormir. A mí me pasó con los neutrinos y ha vuelto a pasarme con el año bisiesto. Hay gente que puede con sus fantasmas. Yo no. Yo podía haber intentado dormir pensado en la gafas de Urdangarin o en el ojo bizco de Rajoy, pero seguí a vueltas con que si este año no fuera bisiesto, no existiría hoy, ni sería lunes, ni habría mercado en la plaza Hermanos Orbón.

¿Que sería entonces? Pues qué sé yo… Supongo que si quitamos el 29, sería mañana. ¡Pero mañana es martes! Esa es la historia, que los días 29 de febrero no existen. Son días inventados que se añaden en los años múltiplos de cuatro para corregir el desfase de la duración real del año. Lo hacen para que coincidan las fechas astronómicas y cronológicas, pues si ese desajuste no se corrigiera llegaría un momento en que lo señalado como invierno sería verano y la primavera otoño.

Quizá corrijan el calendario pero por ese camino vamos. Lo cual confirma que la naturaleza real del tiempo sigue siendo un misterio y, por más que hayan pasado siglos, no somos más sabios que los antiguos griegos, para quienes el tiempo era una ilusión. Justo lo que me parece a mí este lunes: un día que se sacó de la manga un contable al que no le cuadraban los números.

“Los años bisiestos sirven para arreglar los desperfectos”, afirman, queriendo parecer simpáticos, los astrónomos y los astrofísicos. Dicho por ellos suena científico pero no deja de ser una chapuza. Tampoco es la única. El 24 de febrero de 1.582 el Papa Gregorio XIII, asesorado por el astrónomo Christopher Clavius, promulgó una bula, Inter Gravissimas, en la que establecía que tras el jueves 4 de octubre de 1582 seguiría el viernes 15 de octubre de 1582. Se cargó once días y no pasó nada.

El 29 de febrero está hecho de recortes, de horas perdidas de otros años que van juntando y empaquetan cuándo suman veinticuatro. ¿Se puede hacer un día con eso? Sí que se puede, la prueba es que lo hacen. Pero ¿cómo sale? ¿Cómo es un día hecho con horas perdidas…? Con lo que no se hizo porque no valió la pena o no quisimos hacerlo ¿A qué viene juntar esas horas, cuatro años después, y hacer con ellas un día? Podría tener sentido si ese día fuera festivo. Si dijeran: Bueno venga, nosotros arreglamos el calendario y ustedes tienen un día de fiesta para que puedan recuperar el tiempo perdido o volver a derrocharlo, sí quieren. Si fuera así todavía, pero que hagan un día con el tiempo pasado, lo añadan a febrero y, encima, lo pongan de lunes…

Por algo tienen la fama que tienen los años bisiestos. Yo no creo en esas cosas pero ahí están los datos. Ahí está la Guerra Civil, el hundimiento del Titanic, la muerte de John Lennon, Robert Kennedy, Luther King… Y la repetición de las elecciones. Lo digo porque este año 2016 es bisiesto y seguro que empezará haciendo alguna de las suyas.

Recuperar el tiempo perdido es como si Proust, cuatro años después, intentara volver a comer aquella magdalena que le supo a gloria con el té.

Milio Mariño / Artículo de Opinión / Diario La Nueva España

viernes, 26 de febrero de 2016

El Chacachá del Feve

La mio collaboración de los xueves nel Programa de la Radio del Principau, RPA, Noche tras Noche.

El mi lio d'esta selmana ye por esi ferrocarril tan simpáticu qu'unos llamen FEVE, otros Estratéxicu y dalgunos el Chacachá. Nome que seguramente vendrá, pienso yo, de cuando en 1955 les hermanes Fleta popularizaron como canciu del branu, El Chacachá del Tren y otru ésitu, Pénjamo, que tamién sirvió pa bautizar más d'un barriu asturianu.

El Feve pocu tenía que ver col cantar, que como dalgunos alcordarán dicía: Al compás del chacachá / el chacachá del tren /¡que gustu da viaxar / cuando se va en exprés!... Tamién falaba d'un galante portugués…. Pero vamos dexanos de cancios y tar a lo que tamos… Que ye que, al paecer, dientro de pocu va caducar qu’al Feve lu consideren serviciu públicu. Y, eso, significa que munches rutes de cercaníes d'Asturies van cerrales y solu van quedar les más rentables… Que pasarán a ser privatizaes.

Si lu lleven a efeutu supondrá que munchos pueblinos quedarán, práuticamente, aisllaos. Anque la verdá…. Nun sé si esos pueblinos yá tarán aisllaos o mediu desiertos porque si lleemos l’informe que se fixo apocayá plasmamos cola poca cantidá de viaxeros.

No que llamen el 8 asturianu, hai 111, ente estaciones y apeaderos, y la media de xente que xube al tren vais ver… En 24 estaciones nun xuben más de 5 persones al día y n'otres 50 nun pasen de 10. Por eso tán plantegando suprimir los apeaderos de menor usu, reordenar les frecuencies y potenciar los servicios semidireutos. Cuenten que los ingresos son 40 millones d'Euros y que les pérdides anden ente 140 y 150 millones añales.

L'argumentu a favor ye qu'empresta un serviciu y tien que siguir emprestándolo porque ye l’únicu transporte públicu. Pero claru, cuando vemos les cifres entrennos escalfrios -¿Cuántu diréis que cuesta un pasaxeru?.... Pos, veréis: agora mesmu, ca persona que xube a un tren del FEVE paga’l so billete, que sedrá según el viaxe, pero caún d'esos billetes cuésta 16 euros al restu los españoles.

Naide espera qu’esi trenin de dineru…. Pero sí que'l so costu sía razonable.

El Feve, como tal, ye hestoria dende Xineru de 2013, que foi cuando a los ferrocarriles de via estrecha los integraron en Renfe, col aquello de que les perdides yeren munches y la delda de casi 21.000 millones.

De diez años a esta parte, el Feve perdió más de 2,2 millones de viaxeros. Empresta serviciu a conceyos que sumen más de 800.000 habitantes y tien muncho raigañu social pero la sangría de veceros que ta sufriendo precisa un remediu yá.

Nun sé cómo se pue arreglar… Nun sé si con una política comercial qu'atraiga nuevos veceros, una meyor atención al públicu, reestructuración de los servicios y los horarios o que los asturianos nos apuntemos a dalguna escursión en tren dacuando en vez… Pero, daqué habrá que facer pa que nun desapaeza… Pa que sigamos oyendo El Chacachá del tren.

Milio Mariño

lunes, 22 de febrero de 2016

Dar lo que no se tiene

Milio Mariño

Ahora que ya sabemos lo que pide Pablo Iglesias para votar a Pedro Sánchez hay división de opiniones. Unos dicen que pide mucho y otros que le hizo la boca un fraile. No está mal traído. El político de Podemos tiene modales de fraile y la prueba de que el hábito no hace al monje es que lo mismo se viste de Dominico para acudir a la Corte que lo hace de Agustino para ir de copas con los actores. Con la iglesia, digo Iglesias, hemos topado. Buenos son los políticos, y los frailes, cambiando de hábitos y de chaqueta y pidiendo por esa boca.

Casi no queda otra que recurrir a los chascarrillos y los refranes para referirse a cómo va la feria. Huir de la seriedad impostada y apostar por la ironía para hablar de la situación política es un recurso casi obligado. Llevaba tiempo que no lo hacía y algunos de mis lectores, que según ellos son unos cuantos pero sospecho que deben ser menos, dicen que lo echaban en falta.

Tampoco es que no quiera mojarme. Si me preguntan qué pienso, a propósito de lo que pide Pablo Iglesias, la respuesta es que, puestos a pedir, podía haber pedido que lo quisiera una mujer casada. Algunos filósofos, y muchos escritores famosos, aseguran que es lo más que un hombre puede pedir cuando de amor se trata. Así que no lo descarten. De todas maneras, Pablo ha mostrado tanto interés por ser vicepresidente que lo mismo renuncia a todo lo que ha pedido y se conforma con la vicepresidencia y el ministerio de agricultura y pesca.

Contaba Julio Camba que, en cierta ocasión, un político gallego se presentó en el despacho de un ministro y le pidió un puerto. ¡Un puerto! ¿No le valdría a usted un puente?... Hombre señor ministro yo, a los de mi pueblo, les he prometido un puerto… Pues es que verá, la consignación para ese tipo de obras está totalmente agotada. Anímese y llévese un puente, podemos darle uno magnífico. El diputado iba resignándose… Se lo agradezco señor ministro… Aunque no sé… Si en el pueblo, por lo menos, tuviéramos rio… exclamaba medio convencido… Pero bueno, oiga, si no hay otra cosa, venga ese puente, ya veremos qué hacemos con él.

Pablo Iglesias, no digo que vaya a seguir el ejemplo del político gallego pero tal vez se haya fijado en lo que hizo Manuel Azaña en el primer gobierno de la II República. Azaña, además de la presidencia, pidió tres carteras. Una propuesta ambiciosa que motivó que Alejandro Lerroux dijera en el Congreso:

Así que tres carteras y la presidencia… Tenga cuidado su Señoría porque de eso a que lo llamen carterista no hay más que un paso.

Lo que más sorprende, de todo este lio de posibles pactos, es que parece que se ha puesto de moda dar lo que no se tiene y pedir lo que no pueden darte. Rajoy no es Presidente pero ofrece la Vicepresidencia a Pedro Sánchez. Pablo Iglesias no es Vicepresidente, aunque se haya nombrado a sí mismo, pero ofrece a Sánchez ser Presidente. Es como si a usted le ofrecen el cielo si reza tres padrenuestros. Mal haría si lo creyera. Y, en esto, tanto da que el ofrecimiento venga de un fraile que de un cura gallego.

Milio Mariño / Artículo de Opinión / Diario La Nueva España