lunes, 29 de julio de 2013

Cudillero pinta bien

Milio Mariño

Cudillero es como un dibujo preciso que se difumina en el aire y parece estremecerse cuando las casas se aprietan, para caber todas juntas, en esa especie de embudo que desemboca en la Ribera. Un paisaje con duende que sedujo a muchos pintores engatusándolos para siempre.

Casto Plasencia y Tomás García Sampedro, impulsores de La Colonia de Muros a finales del XIX, participaron de ese embrujo enamorándose de Cudillero, pueblo que según dejó escrito Ortega es un terrible nido hincado en la peña, apto sólo para que de él se lancen al mar sus hombres, como recios cormoranes; el cuello tendido, el ala silbando…

José Ortega y Gasset conoció Cudillero, en el verano de 1914, y quedó tan impresionado por su belleza que pidió a Evaristo Valle que le pintara un cuadro para llevarlo a Madrid y tenerlo como recuerdo. El cuadro, “Escena marinera”, resultó una de las obras más evocadoras del insigne pintor gijonés y gozó de un lugar de excepción en el despacho del filósofo madrileño.

Valle engrosa, por tanto, la larga relación de excelentes pintores que pintaron Cudillero. Como Sir Edgar Thomas Ainger, sexto barón de Wigram y afamado acuarelista inglés, que llegó a Cudillero, en 1901, montado en su bicicleta Raleigh, alojándose en la Fonda El Comercio, a la que no dudó en calificar como un cuchitril. Menos exigentes debieron ser José Robles y Tomás Campuzano, pintores, y también acuarelistas, y Eduardo Chicharro, pintor y poeta, que, aunque era muy joven, eligió Cudillero para pintar y encontrarse a sí mismo.

El valenciano Salvador Martínez Cubells, su hijo Enrique, el conquense Manuel Domínguez y Francisco Esteve Botey, un gran pintor catalán que reunió, en una exposición, un total de 37 obras ejecutadas en Cudillero, forman parte, por méritos propios, de esa extensa relación de pintores que eligieron el pueblo pixueto como inspiración y modelo. También Dionisio Fierros, natural de Ballota, y Jesús Díaz “Zuco”, un “niño de la guerra” que cursó sus estudios de Bellas Artes en Leningrado y Moscú.

Jesús Casaus, fue otro pintor enamorado de Cudillero. Un pintor que, en 1986, realizó el mural “El pescador” de la plaza de La Ribera, por encargo del ayuntamiento. Casaus falleció el 29 de octubre de 2002 en Barcelona y, según su expreso deseo, fue enterrado en Cudillero.

El paisaje, en la pintura, ya no tiene el protagonismo que tuvo pero Cudillero sigue insinuándose cual obra de arte que reclama una especial atención. Igual que aquel cuadro de Valle, “Escena marinera” que muchos años después de que falleciera Ortega, su hijo no dejó que lo restauraran.

El cuadro estaba recubierto por una pátina de suciedad pero la negativa tenía su explicación. El hijo de Ortega y Gasset, José Ortega Spottorno, fundador del diario El País, sabía lo que aquel cuadro representaba para su padre, de modo quería conservarlo como él lo había dejado, pues Ortega era un gran fumador y solía reunirse, en su despacho, con tertulianos que también fumaban lo suyo, como Pío Baroja y Unamuno.

Ortega supo expresar, en “Notas de andar y ver”, lo que muchos pintores expresaron a pinceladas: que Cudillero es un pueblo único y que uno de los mayores encantos que nos ofrece la vida es la mar. La mar y esos cuadros inabarcables que acotan la realidad con el pretexto de que podamos gozarla evocándonos el recuerdo de un paisaje que nos emociona pintado y viéndolo al natural.

Milio Mariño/ Artículo de Opinión/ Diario La Nueva España

martes, 23 de julio de 2013

Discos dedicaos: Sursum Corda

Milio Mariño

Diz Rajoy que va comparecer nel Congresu, a pitición propia, pa falar de Bárcenas, de la crisis, y del Sursum Corda, qu'amás d’una espresión en llatín ye una canción de Rosendo que fala del “Eterno Barrabás, incitando a la vista gorda”

Eso fadra Rajoy, dedicanos una canción como aquellos discos que se dedicaben pola radio y dalgunos, de la mio edá, alcordaréis de cuando yéramos neños.

Pa Esperanza y José Luis, nel día del so santu, del so padrín Marianin.

El discu, de xuru rayáu, sedrá lo que tamos fartos d’oyer. El Partíu Popular tien una única contabilidá, naide cobró sobresueldos nin dineru negru. Hai que dexar que la xusticia siga’l so cursu. Tou lo que se diz ye falsu, salvo dalguna cosa. Lo qu'importa ye qu'España salga de la crisis…

Córtome un güevu (total pa lo que me sirve) si Mariano nun diz eso. Depués habrá espatexos y aplausos y, a la fin, lo que nos tienen avezaos: muncho ruíu y a poques nueces.

A estes altures namás confío nuna cosa. En que, como dicía'l filósofu francés Daniel Bensaïd, “La revolución llega cuando menos se la espera. La puntualidá nun ye'l so fuerte”. Asina que: ¡Sursum Corda!. ( Pa los que nun estudiasteis llatín, Arriba Corazones)



lunes, 22 de julio de 2013

Dando jabón a Pravia

Milio Mariño

Mientras desayunaba sin prisa, adormilado por una niebla que se volvía cada vez más espesa, recordé que en alguna parte había leído que solo el desayuno entra dentro de lo previsto, todo lo que viene después depende del destino.

No está mal traído. La vida, se mire por donde se mire, está tocada por lo azaroso, que es el disfraz del destino. Aquella mañana pensaba pasarla leyendo pero, de repente, sin saber por qué, me entraron unas ganas locas de escapar de allí como fuera. Total que, queriendo o sin querer, media hora más tarde estaba en Pravia buscando aventuras. Donde, por cierto, lucía un sol espléndido que invitaba a pasear sin rumbo, como lo haríamos por el famoso laberinto de Silo, aquel rey que hizo de Pravia la capital del reino asturiano.

Siempre que voy a Pravia me cuesta imaginar cómo sería cuando Silo y Adosinda establecieron allí su corte. O cuando aparecieron aquellos seis cuervos que graznaban por encima del caballero Arango y este, tomándolos por buen augurio, atravesó el río y venció a los árabes.

Los seis cuervos de su escudo, Silo y Adosinda, la vida efímera de la fábrica de azúcar y la afortunada equivocación de un vasco, aportan un plus de azar y misterio que aderezado con otros sucesos, como el que propició la famosa frase, “Y la música en Pravia”, invitan a plantearse qué es la realidad y cuáles son sus límites en el caso de que los tenga.

“Los músicos que quieran marcharse, que lo hagan. Pero los instrumentos, aquí se quedan, que son del pueblo.” Dijo Santiago López, cuando el alcalde ordenó a la banda municipal que fuera a Siero para amenizar un desfile.

De Pravia podríamos contar muchas cosas. Hoy quiero contarles una que tiene ver con lo que les decía al principio, con el azar y el destino.

Salvador Echeandía Gal, el vasco al que me refería antes, era propietario de una fábrica de perfumes en la madrileña calle de Ferraz y, como buen vasco, le gustaba comer bien, de modo que se hizo cliente y amigo de Agustín Lhardy Garrigues, pintor paisajista y cocinero propietario del restaurante Lhardy de Madrid.

Siempre que Salvador iba por el restaurante, Lhardy se deshacía en elogios hablando de la colonia de Pintores de Muros del Nalón, donde había estado, y de la extraordinaria belleza de la ría de San Esteban de Pravia.

Para promocionar sus productos, Salvador tuvo que viajar a Oviedo y, ya que estaba en Asturias, quiso aprovechar el viaje y conocer la maravilla de la que tanto hablaba su amigo.

Dicen que preguntando se llega a Roma, pero Salvador preguntó por Pravia y no llegó a San Esteban, llegó a Riberas, que también es de Pravia, aunque no está a la orilla del mar sino del Nalón.

Aquella equivocación resultaría trascendental pues el camino que llevaba a Pravia discurría rodeado de prados, donde los campesinos recogían la hierba, que habían puesto a secar, y aquel aroma, de la hierba recién cortada secándose al sol, cautivó de tal manera a Echeandía Gal que nada más llegar a Madrid puso a su hermano Eusebio a investigar cómo convertir el aroma que traía en mente en un producto que pudieran comercializar.

Tardaron dos años. Salvador estuvo en Pravia en el verano de 1903, y en 1905, con la ayuda de su hermano, consiguió recrear aquel “instante asturiano” en un jabón de tocador, Heno de Pravia, que enseguida se hizo famoso y marcó todo un hito.


Milio Mariño/ Artículo de Opinión/ Diario La Nueva España

sábado, 20 de julio de 2013

Coses del branu, l'americanu que fala en suecu

Milio Mariño

Funcionamos como un centauru cuyes dos partes, n'apariencia antagóniques, constitúin la unidá d'unu mesmu y funcionen en base a una negociación constante que suel acabar n'alcuerdu. Un alcuerdu al que llegamos por consensu. Esto ye, independientemente de que'l de fuera, o'l d'adientro, tengan el 49 o'l 51 per cientu.

Pero asocede, dacuando, que la metá d'unu mesmu remóntase y nun hai forma de convencela. Qué ye lo que, imaxino, tuvo d'asocede-y a esi americanu que foi atopáu inconsciente nel cuartu d'un motel del sur de California, con 5 tarxetes d'identificación, 2 teléfonos, un pocu de ropa, semeyes vieyes, 5 raquetes de tenis y falando en suecu. Ensin saber, siquier, nin una palabra d'inglés.

A les autoridaes americanes ye lo que más-yos sospriende, que'l señor, en cuestión, sía americanu de tola vida y, de sópitu, non solo fáigase'l suecu, sinón que fale perfectamente esi idioma y nun tenga nin paxolera idea d'inglés.

Nun ye por lleva-yos la contraria pero a mi paezme normal. Conozo a muncha xente que fala castellán a pesar de qu'el 98 per cientu de les sos neurones diz-y que tendría que facelo n'asturianu. De cuenta que naide debería asustase si, agora que tamos en branu, l’home, la muyer, un fíu o cualquier pariente, espierta del pigazu falando n’asturianu y cagándose en cuantu hai.

viernes, 19 de julio de 2013

Ser xuez y del PP como ser xofer y panaderu

Milio Mariño

Los xueces nun puen pertenecer a partíos nin sindicatos, pero los miembros del Tribunal Constitucional sí. Ye lo que diz el Presidente del nomáu Tribunal, que xustifica la so militancia, nel PP, diciendo que nun perxudica la independencia del Tribunal, nin la suya propia.

Si entramos nun alderique xurídicu, seguru que cualquier Maxistráu atopa rellabicos a los que garrase pa xustificar la so pertenencia a un partíu políticu, a la direutiva del Real Madrid o a la Peña’l Ñabu si fixera falta. Pero nun se trata de ser un ferre y xustificar lo inxustificable. Tratase de cuálos deberíen ser, nun Estáu democráticu, los espacios que deberíen permanecer ayenos a la intrusión partidista; los espacios que nun tienen que ser "ocupaos" polos partíos.

Eso que se diz de la separación de poderes ye un cuentu xino. L'executivu y el llexislativu son unu mesmo. El xudicial depende del executivu, y el que llamamos cuartu poder, la prensa, va tiempu que ye una rodiella al serviciu de cualquier interés qu'unu puea imaxinar, menos al de los ciudadanos.

Resumiendo, la división de poderes ta mui clara: los que manden y los mandaos.

jueves, 18 de julio de 2013

El 18 de xunetu de 2013

Milio Mariño

A mediaos de xunetu de 2013 tomó cuerpu una doble cospiración, facha y civil, contra'l Presidente del gobiernu Mariano Rajoy. La primera respondía al deséu, de los reaccionarios, d'asitiar na presidencia a Esperanza Aguirre, y la segunda, escorría'l propósitu de restaurar l'orde social y económicu, que cayera a tomar pol sacu, por culpa la corrupción, el lladroniciu y la pasividá de les autoridaes.

Dende’l primer momentu los militares asitiáronse a la vera del pueblu ofreciéndose pa lo que fixere falta. Tal foi asina que na madrugada del 18, dellos xenerales ordenaron a Rajoy que fuere al Congresu a presentar la renuncia, y a primer hora de la mañana, el pueblu echóse a la cai pa sofitar y peracabar un Golpe d'Estáu, que consideraben llexítimu, contra un Gobiernu tiranu y corrupto.

Los diputaos Cospedal, Pons y Floriano comparecieron en televisión y negaron que los sublevaos algamaren el poder, pero l'estáu de nervios nel Gobiernu yera estremáu, empezando pol Presidente, al que vieron tatexar y esbabayase tentando fumar un puru pola parte que taba prendíu.

Nesti momentu, el golpe ta trunfando en, práuticamente, tol país menos Ceuta, Melilla y les islles Canaries, on de va con un pocoñín de retrasu.

martes, 16 de julio de 2013

España ye un país seriu

Milio Mariño

Hai países que son el descoyono. Países como Estaos Xuníos onde un Presidente, Clinton, almitió, nel Congresu, tener un comportamientu impropiu y otru, Nixon, dimitió al reconocer qu'ordenara escuches illegales.

Eses coses nun país seriu nun pasen. Equí, n’España, la seriedá ye lo primero. Equí, mentir más que se fala, presidir un partíu podre, cobrar sobresueldos en negru y cruciar mensaxes con un estafador y corrupto, anguaño na cárcel, son asuntos de risa que puen tar bien pa que nos entretengamos, pero non pa qu'un presidente, como’l nuesu, qu'amás de seriu, ye cínicu, cobarde y caradura, los tome en cuenta.

La verdá ye que somos de risa. Teníemos que ser más serios. Venga esmolecenos polo que ta pasando y Rajoy, según diz Floriano, preocupación cero.

Pidimos dimisiones y los que tendríemos que dimitir somos nós. Vamos col pasu cambiáu. Tomamos en serio lo que ye de risa y reímonos cuando nos alcuerden qu'escoyimos de Presidente, por mayoría absoluta, a un manguán que presidía una banda de lladrones.