El anuncio de cierre de la división
Sekurit de la fábrica de Saint Gobain, dedicada a la fabricación de parabrisas
para coches, propicia la ocasión de recordar lo que fue la industria del vidrio en Avilés.
Avilés llegó a contar, a principios
del siglo XX, con dos fábricas de vidrio, la primera, llamada La Vidriera,
tenía a franceses como obreros especializados en el soplado del vidrio, los
célebres “machoneros”, y estaba ubicada en lo que hoy conocemos como Puerta de
la Villa. La segunda, la fábrica de Sabugo, estaba en los prados frente a lo que es la
estación del ferrocarril y tenía a belgas y holandeses como especialistas hasta
el punto de que algunos, como la familia Hurlé, llegaron a constituir una verdadera
estirpe en Avilés.
Ambas fábricas fueron cerradas en
el año 1913, al parecer por las presiones de un importante “trust vidriero” del
que formaba parte Saint Gobain, sociedad que fue acusada de subvencionar a las
fábricas de Avilés con 300.000 pesetas para que no siguieran trabajando, dado
que sus productos alcanzaban una gran fama en los mercados españoles de entonces.
Años más tarde, la fábrica que se
conocía como “La Vidriera” reanudó sus actividades con la producción de envases
de vidrio de distintas formas y tamaños, hasta que a principio de los años
cincuenta, cerró definitivamente. Esta fábrica fue utilizada durante la Guerra
Civil, desde diciembre de 1937 hasta noviembre de 1939, como Campo de Concentración de los sublevados y llegó a congregar
a más de 2.000 prisioneros.
Estos fueron los antecedentes de Cristalería
Española, que sería la primera de las grandes industrias que, andando el
tiempo, iban a transformar lo que era una villa de apenas 30.000 habitantes en
una ciudad industrial que triplicaría su población. Antes de que se empezara a
construir ENSIDESA, en el mes de abril de 1948, tuvo lugar la inauguración
oficial de las obras de construcción de la nueva fábrica avilesina de vidrio,
que habría de ubicarse en el paraje de las marismas de La Maruca.
Cuatro años después, también en
el mes de abril pero del año 1952, finalizaron las obras y dio comienzo la
primera fabricación de vidrio plano a escala industrial.
Casi todo el personal de la nueva fábrica de Avilés
procedía de Arija, Burgos, y había sido trasladado por el cierre de la fábrica
de aquella localidad debido a la construcción del pantano del Ebro. De Arija llegaron, entonces, los
especialistas en técnicas vidrieras y las familias burgalesas se integraron con
gran facilidad en la Villa avilesina, que bautizó, cariñosamente, a los nuevos
vecinos con el apodo de “los arijanos”.
La inauguración de la nueva fábrica
de Cristalería Española en Avilés fue presidida por el Subsecretario de
Industria, Alejandro Suárez Fernández-Pello, el Embajador de Francia M. Meyrier
y el Presidente del Consejo de Administración
de la compañía, Conde Elphege Fremy.
Las personalidades invitadas hicieron el viaje
desde Madrid a Avilés en un tren especial que salió de Madrid a las veinte horas del
domingo día 12 y que hizo su entrada en la estación de Avilés a las diez horas
del lunes, como se había previsto.
En el andén estaba presente el
Director de la fábrica avilesina, Felipe Defauconpret, acompañando al
Gobernador Civil de Asturias, Francisco Labadie Otermín, al Obispo de la
Diócesis, Lauzurica Torralba, Román
Suárez Puerta, Alcalde de Avilés, y otras autoridades provinciales y locales.
Después de la recepción y hechas
las presentaciones, los invitados se trasladaron a la fábrica de La Maruca,
donde les esperaba el personal directivo de la misma. Seguidamente, el Obispo
de Oviedo, asistido por el Arcipreste de Avilés y Párroco de Santo Tomás de
Cantorbery, procedió a la bendición de las instalaciones. Terminada ésta, los invitados
realizaron una detenida visita a la fábrica ya en funcionamiento, así como a
los barrios residenciales, tanto para el personal obrero como para directivos y técnicos.
A la una y media de la tarde se
sirvió el banquete oficial de la inauguración con el que la Empresa obsequió a
las autoridades e invitados, así como a
una representación de los trabajadores. El banquete, para 230 comensales, tuvo
lugar en la nave central de los “Almacenes Balsera” y fue servido por el
restaurante “Jockey Club” de Madrid, con arreglo al siguiente menú: Jamón
serrano con melón; Filetes de lenguado y medallones de langosta al Champagne;
Capones del Prat en Cocotte a la Bordalesa; Bizcocho helado con salsa de frambuesa;
Frivolidades; Licores, Café y Habanos. Todo ello regado con vino Rioja tinto,
vieja reserva Jockey; Champagne Pipper Heldsleck y Cognac Boulestin.
En el momento de su inauguración,
en 1952, la Fábrica de Cristalería Española en Avilés producía 50 Toneladas de
vidrio al día. Un vidrio que se fabricaba por el procedimiento de luna pulida.
Es decir; la hoja de vidrio que salía del horno y se templaba en la
extendería, tenía que ser
desbastada y pulida antes de adquirir su
completa transparencia. Posteriormente, en 1967, Saint Gobain compró la patente
a Pilkington para un nuevo procedimiento de fabricación de vidrio y construyó
el primer Horno-Float. Un horno cuya producción diaria era ya de 200 Toneladas
y en el que la hoja de vidrio “flotaba” sobre un baño de estaño adquiriendo así
una total transparencia. Con este nuevo procedimiento la producción se multiplicaba por cuatro.
Aquel horno, llamado F-200, fue
sustituido en 1980 por el F-400, un nuevo horno, de 682 metros de superficie
total, que producía el doble, pasaba de 200 a 400 Toneladas diarias.
Posteriormente, con ocasión de la primera reparación integral, la producción se
aumentó hasta las 700 toneladas diarias siendo el de Avilés, entonces, uno de
los mayores Hornos-Float del mundo.
Antes, en 1956, había empezado la
fabricación de vidrio para automóvil con dos hornos de templado. Fabricación
que se modernizó y se amplió en 1967 con el arranque de un nuevo horno de vidrio
templado “Verlay” en el Sekurit.
En 1982, Cristalería Española
planteó el cierre de la fabricación del vidrio para automóvil, Sekurit, de
Avilés y su traslado a la fábrica de L’Arboç, en Tarragona. La decisión provocó
un fuerte rechazo de los trabajadores que respondieron con huelgas y
movilizaciones. Finalmente se llegó al acuerdo de que en Avilés se fabricarían
los parabrisas y en L’Arboç las lunetas y los laterales de vidrio para coches.
Comenzó así la fabricación de parabrisas laminados que se fue ampliando, de
modo que en el año 2.000 se calculaba que siete de cada diez de los parabrisas
de los turismos que circulaban por España eran producidos en la factoría
avilesina.
En el mes de mayo de 1.996,
Cristalería Española llevó a cabo una reducción de plantilla del departamento de
construcción, de 104 trabajadores,
mediante la aplicación de un Expediente de Regulación.
Cristalería Española, que se
había constituido en 1905, como filial española del Grupo Saint Gobain, con un
capital inicial de 4,5 millones de pesetas, cambió, en 1.999, su denominación
social inicial por la de Saint Gobain Cristalería S.A.
A principio del siglo XXI, la producción de la fábrica de Avilés era de
600 Toneladas de vidrio plano, dos millones de parabrisas, vidrio de capas,
vidrio para espejos y vidrio plasma para las pantallas planas de los
televisores.
Fue el momento de su mayor
esplendor, pero todo hace sospechar que la industria del vidrio en Avilés tiene
más pasado que futuro.
Milio Mariño fue Secretario adjunto del Comité Europeo de Saint Gobain, con sede en París.
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