lunes, 6 de febrero de 2017

Mejor que no trabajen

Milio Mariño

Después de pasar por alto el último dato del paro, que volvió a registrar un aumento de 57.247 personas en enero, me llamó la atención que esta semana pasada se publicaran varias noticias referidas a empleos en los que se cobra por hacer nada. Ahí tienen el caso de Penélope Fillon, esposa del líder de la derecha francesa, Françoise Fillón, que al parecer contrató a su mujer y a dos de sus hijos, que habrían recibido un total de 900.000 euros, de los fondos públicos, como asistentes parlamentarios, sin que se hubieran encontrado evidencias de que hicieran ningún trabajo. Algo parecido a lo de Valencia, donde, por lo visto, un tal Carles Recio, lleva 10 años cobrando como jefe de la Unidad Bibliográfica de la Diputación, sin ocupar su puesto. Lo que si hace es fichar. Ficha con su huella dactilar a las 7.30 de la mañana, se marcha, y vuelve a fichar entre las 15.30 y las 16.00, percibiendo por ello la bonita cifra de 50.000 euros anuales.

No es por llevarles la contraria, pero creo que algunas personas es mejor que no trabajen. Ya sé que estarán pensando que trato de hacerme el gracioso. Nada de eso, la reflexión está hecha después de meditarlo a fondo. Después de analizar todas las variables y elegir la que más nos conviene a los ciudadanos. ¿Acaso sería mejor que quienes son contratados bajo esas premisas trabajaran doce horas diarias? ¿Creen, de veras, que saldríamos beneficiados por el hecho de que el ex director general de la Guardia Civil, Arsenio Fernández de Mesa, contratado recientemente por Red Eléctrica de España, se partiera el culo trabajando para esa empresa?

Sinceramente, creo que no. Pero hay más casos. Ahí está Ana Mato, que no ve un jaguar en un garaje y ha sido recolocada como Jefa del Foro Europeo para la Juventud.  José Ignacio Wert está en París, como embajador ante la OCDE, en una lujosa mansión, en Los Campos Elíseos, que nos cuesta 775.000 euros anuales. Y qué me dicen de los ex ministros Fernández Díaz y José Manuel Soria, que no están donde quería Rajoy que estuvieran por una autentica carambola. Si están Ángel Acebes en Bankia, Aznar en Endesa, Borrell en Abengoa, Felipe González en Gas Natural, Ana Palacio en HC Energía…  Y no sigo porque sería un peñazo detallarles la relación completa de los 47 ex altos cargos de la política que ocupan puestos de relevancia en empresas de todo tipo.

Entiendo que alguien se indigne pensando que Carles Recio, después de fichar en la Diputación de Valencia, igual se daba media vuelta y se metía en cualquier cafetería para disfrutar de un chocolate con churros y leer tranquilamente la prensa. Es muy probable que fuera eso lo que hiciera. Pero… ¿Que daño nos causa si dedica su tiempo a ponerse ciego de churros y leer el periódico? Ninguno ¿No será más dañino, y perjudicial para nosotros, que Felipe González se aburra, en su despacho de Gas Natural, y se dedique a pensar maldades?

Por eso insisto y no habrá quien me aparte de lo que les dije al principio. A ciertas personas, sobre todo  a ex altor cargos de la política, esposas, hijos y familiares, es mejor que les paguemos por hacer nada. Si trabajan salimos peor. Les pagamos por su trabajo y, encima, pagamos las consecuencias.

Milio Mariño / Artículo de Opinión / Diario La Nueva España

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Milio Mariño