Cuando lo veo en el sofá, hecho un ovillo, me pregunto si mi gato estará al tanto de que hemos celebrado elecciones y nos hemos metido en un lío. Los gatos son muy listos y el mío, no es que lo diga yo, es que todos los vecinos coinciden en que le da cien vueltas al dueño. Por eso me dio por pensar que tal vez nadie mejor que él para protagonizar la propuesta que acaba de hacer Errejón. Eso de que quizá fuera bueno elegir a un Presidente de Gobierno que sea independiente y no esté ligado a ningún partido político.
Sorprendió a todos que un imberbe con gafas hiciera una propuesta como la que urdió, en su día, el General Armada con el pretexto de salvar a España del desgobierno. Aunque, claro, el fin puede ser el mismo pero los medios son radicalmente distintos. Por eso propongo a mí gato. Tengan en cuenta que si, como dicen los de Podemos, la solución a este lio pasa por poner un independiente al frente del Gobierno, los gatos, a independientes, no hay quien los gane. Siempre van a su bola. Así que mi gato cumpliría el requisito que dice Errejón y el del IBEX 35, que calla sus intenciones pero intriga lo suyo.
Lo del IBEX es para tenerlo en cuenta. Yo, nada más oír la propuesta, me acordé de Tommy Douglas, un político canadiense que explicaba con una fábula lo que el IBEX está intentando que no suceda en España.
Tommy Douglas fue un político socialdemócrata que en las elecciones de Canadá, de 1962, inició la campaña contando, en un mitin, la fábula de Mouseland. Una tierra de ratones en la que durante muchos años siempre que había elecciones elegían un gobierno de gatos. Al principio elegían gatos negros pero, como no quedaron satisfechos, cambiaron de parecer y eligieron gatos blancos. El cambio tampoco dio resultado, de modo que en las elecciones siguientes eligieron gatos pintos, mezcla de negros y blancos. Tampoco quedaron contentos. La cuestión fue que cuando se reunieron para ver qué hacían, alguien dijo que el problema no era el color de los gatos sino que los gatos gobernaban, siempre, para los gatos y no para los ratones. Lo que vino luego ya lo imaginan. En cuanto pudieron eligieron ratones. Pero se formó un lio tremendo porque la prensa, la radio, los poderes económicos… Todo el mundo se volvió contra ellos, acusándolos de irresponsables y comunistas.
Pueden ahorrarse el reproche, sé que mi gato gobernaría para los gatos, pero saldríamos del atolladero cumpliendo las dos condiciones: La que dice Podemos, tener un gobierno presidido por un independiente, y la del IBEX 35, que ya mandó recado advirtiendo de que un gobierno de ratones ni lo soñemos.
La propuesta es sincera. Sí piensan que propongo a mí gato por interés se equivocan. Lo quiero mucho pero, cuando se trata de mi país, antepongo el bien común a cualquier interés personal. Reflexiono, analizo las posibilidades reales y me fijo en antecedentes contrastados como el de ese pueblo de Alaska, Talkeetna, donde el gato Stubbs lleva 15 años de alcalde y no hay una queja; todos están contentos. Por ahí va mi propuesta. Quiero anticiparme, y proponer a mí gato, no vaya a ser que cualquiera proponga un perro y, al final, tengamos que abstenernos porque no hay más opciones.
Milio Mariño / Artículo de Opinión/ Diario La Nueva España
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