lunes, 14 de noviembre de 2022

Los Bancos piden comprensión

Milio Mariño

Hay días que uno se enfada leyendo el periódico y el enfado le dura hasta que encuentra algo gracioso. Que no es fácil. Pero las noticias, a veces, son como las plantas: tienen raíces amargas y frutos dulces. Fue el caso porque primero me enfadé y luego acabé riéndome con eso de que Christine Lagarde, presidenta del Banco Central Europeo, pida que seamos comprensivos cuando los bancos repercutan el coste del nuevo impuesto en la concesión de créditos y otros servicios.

No hacía falta que la señora Lagarde lo pidiera; somos comprensivos por naturaleza. Comprendemos lo que nos pide. Lo que no comprendemos es que se atreva a pedirlo. Debe ser que la memoria le falla y ya no recuerda que fueron, precisamente, los Bancos los que provocaron la crisis de 2008, por conceder préstamos a quienes sabían que no podían devolverlos y por meterse en negocios de alto riesgo utilizando nuestro dinero. Seguro que si lo piensa recordará que las únicas víctimas de aquella debacle fuimos nosotros, los ciudadanos de a pie, que habíamos entregado nuestros ahorros a los que parecían serios banqueros y resultaron como los del timo de la estampita. Nosotros fuimos las víctimas y, encima, fuimos tan comprensivos que consentimos que los gobiernos de, prácticamente, todo el mundo regalaran a los Bancos toneladas de dinero para cubrir las apabullantes pérdidas de su desastrosa gestión.

Pero ahí no acabó la cosa. Tiempo después nos enteramos de que las entidades bancarias a las que se había ayudado con dinero público, invirtieron buena parte de las ayudas en pagar sueldos millonarios a sus cargos directivos y a todos los que percibían lo que llaman “bonus”, que es algo así como un impuesto revolucionario a cargo de quienes todavía seguimos guardando en los Bancos el poco dinero que aún nos queda.

Tal vez, desde las alturas del cargo, la señora Lagarde no lo perciba, pero somos muy comprensivos. Comprendemos casi todo y de los Bancos hasta lo incomprensible. Hasta que estén preocupados por el nuevo impuesto a la banca que les va a poner Pedro Sánchez. Al fin y al cabo, de enero a septiembre, los principales Bancos de España solo han ganado 16.000 millones de euros. Una millonada para nosotros que, para los Bancos, será calderilla. Y si, encima, tienen que pagar un nuevo impuesto es comprensible que no les llegue la camisa al cuerpo. La situación es para preocuparse, de ahí que pidan qué seamos comprensivos y les echemos una mano.

Lo comprendemos perfectamente. El problema es que hemos arrimado tanto el hombro; hemos perdido tantos sueldos, empleos, viviendas, ahorros y hasta hemos tenido que ayudar tanto a nuestros hijos que ahora mismo, aunque quisiéramos, no podríamos ayudarlos. Lo mismo piensan que si nos apretamos un poco… Qué se yo, si aguantamos la subida de la inflación, la subida de los tipos de interés, la hipoteca, el gas, la electricidad… Igual de ahí podríamos sacar algunos euros y ayudarlos con el nuevo impuesto.

 Imposible. Y, eso que resulta conmovedor que los Bancos nos pidan comprensión. Comprender, los comprendemos, como no vamos a comprenderlos, otra cosa es que podamos ayudarlos. Lo que sí podemos y casi me atrevo a garantizar que harán muchísimas personas, para tranquilidad de la señora Lagarde y el resto de sus colegas banqueros, es que, a los Bancos, los tendrán presentes en sus oraciones, como a cualquier necesitado.

Milio Mariño / Artículo de Opinión / Diario La Nueva España

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