La subida del salario mínimo, a
950 euros, ha vuelto a desatar las quejas de un buen número de empresarios, y algunos
expertos en economía, que coinciden en señalar que muchas empresas no podrán
asumir el incremento de los costes salariales y se verán obligadas a reducir
plantilla y mandar gente al paro. Falta saber si lo dicen como lamento o como
amenaza, en cuyo caso habría que ponerles al tanto de que, hoy en día, estar en
el paro ya no define la pobreza. Hemos llegado a una situación tan injusta que
hay personas que trabajan ocho, o más, horas diarias y su salario no les alcanza
para satisfacer las necesidades básicas.
Así es como estamos. Y el problema no parece
sencillo. Quienes pagan el salario dicen que 950 euros al mes es mucho pagar y
quienes lo reciben que no les alcanza para vivir. Llevan razón. Si echamos
cuentas y vamos sumando al alquiler, o la hipoteca, los gastos de alimentación,
electricidad, agua, gas, transporte, teléfono… Todo lo que hace falta, sin
salirnos de lo básico, suma más que el salario mínimo.
¿Quiere decirse, entonces, que hay
gente que vive de milagro? Puede ser. Algunas situaciones solo se explican como
un milagro porque lo cierto es que muchos se las apañan con 900 euros al mes, o
incluso con menos. Ahí están esos cuatro millones de jubilados que no llegan a
los 600 euros mensuales. De modo que una de dos: o los milagros existen o hay
quien reinventa las matemáticas para poder subsistir.
Ya que hablamos de salarios, no
viene mal refrescar la memoria de quienes se alarman y dicen que pagar 950
euros, en 2020, es mucho pagar. Antes de la crisis, hace más de diez años, ganar
1.000 euros era considerado un salario bajo mientras que ahora esos mil euros
son como una zanahoria detrás de la que muchos corren y aún están lejos de poder
alcanzarla. Muchos, en su mayoría, jóvenes porque los viejos están fastidiados
con sus escasas pensiones, pero los jóvenes las pasan canutas, pues según las últimas
estadísticas el 80% de los asalariados que tienen 25 años, o menos, cobran un
sueldo que es igual o inferior al salario mínimo.
No descubro nada nuevo. Todo esto
se sabe, lo que pasa que vivimos en la sociedad de la mentira. Una sociedad en
la que una cosa es lo que se dice y otra lo que realmente sucede. Y lo que
sucede es que vivir sale caro y los sueldos son baratos. Los sueldos de la gran
mayoría porque los que mandan están bien pagados y son conscientes de que con 950
euros al mes no se puede vivir, a menos que se hagan milagros.
Si estamos en Europa cabe suponer
que no será solo para atender al control del déficit público sino, también,
para equipararnos con otros países y mejorar nuestras condiciones de vida. Las
nuestras y especialmente las de esa generación a la que la crisis dejó colgada.
Decimos de los jóvenes que están mejor preparados que nunca, los ponemos por
las nubes, pero luego los dejamos caer sobre una realidad que no tiene nada que
ver con las expectativas que les dimos ni con el ambiente en el que se criaron.
No hablamos de lujos, hablamos de una vida digna, que es lo menos que puede
pedir quien trabaja.
Milio Mariño / Artículo de Opinión / Diario La Nueva España
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ResponderEliminarAs claimed by Stanford Medical, It is really the SINGLE reason this country's women live 10 years more and weigh an average of 42 pounds less than we do.
ResponderEliminar(By the way, it really has NOTHING to do with genetics or some hard exercise and absolutely EVERYTHING around "HOW" they eat.)
P.S, I said "HOW", not "what"...
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