Los partidos políticos suelen presumir de primarias cuando la realidad demuestra que lo dicen con la boca pequeña. Al final, en política, sucede como en el fútbol, recurren a los fichajes y se olvidan de la cantera. La prueba es que a falta de un año para las elecciones, prácticamente, todos los partidos intentan reforzar sus candidaturas con figuras de renombre, que se convierten en fichajes estrella, en un intento por aprovechar su impacto mediático y atraer al mayor número de electores.
Tampoco es nuevo. Ya ocurrió otras veces con un resultado que no garantiza el éxito, pero insisten en esa fórmula. Ahí los tienen, rivalizando por fichar fenómenos como si fueran el Real Madrid o el F.C. Barcelona. El que más Ciudadanos, que no duda en recurrir a extranjeros disfrazándolos de oriundos, tal como hacían los clubes de fútbol en aquella época en la que no les permitían tener a más de dos futbolistas que no fueran españoles. Una medida que los clubes combatieron con la tradicional picaresca, dando lugar a numerosas anécdotas, como la de aquel jugador, fichado por el Osasuna, al que le dijeron: Así que su abuelo era navarro... Y él, advertido, seguramente, de que tuviera cuidado con los periodistas, respondió: No señor, mi abuelo no era navarro, era pamplono.
Por oriundo intentan colarnos a Manuel Valls, que es catalán de origen, fue primer ministro francés y ha sido invitado por Albert Rivera para que se presente por Ciudadanos a la Alcaldía de Barcelona. Un fichaje estrella que fue contrarrestado por el PSOE, anunciando conversaciones con Manuela Carmena. Pero ahí no acabó la cosa porque Ciudadanos contraatacó barajando el nombre de Vargas Llosa para Madrid. Otro oriundo que, a sus 82 años, es como si lo invitaran a jugar en una liga menor, pues cuando era más joven ya compitió en las elecciones de Perú, aunque acabó perdiéndolas.
Decíamos que la fórmula no es nueva porque todos los partidos han probado con fichajes de renombre por más que algunos apenas tuvieran repercusión ni salieran elegidos. En las pasadas elecciones, el PSOE fichó a la jueza y actual portavoz, Margarita Robles y a la capitana del ejército Zaida Cantera. Ciudadanos hizo lo mismo con el actor Toni Cantó y el humorista Felisuco. Vox fichó a Carmen Lomana y Pablo Iglesias hizo otro tanto con el general, ex jefe del Estado Mayor de la Defensa, Julio Rodríguez.
Como ven, siempre hubo y habrá fichajes. Tal vez por eso, Albert Rivera se curó en salud diciendo que abrirá las puertas al talento para que sus candidaturas se llenen de gente que pueda aportar aire fresco. Así es que no sé yo si la nueva política no consistirá en imitar lo que hacen en el fútbol. A lo mejor los partidos se dedican a fichar estrellas como hacen los equipos. Si la cosa va por ahí, quien sabe si en el PP no estarán pensando en Nicolás Sarkozy para sustituir a Rajoy. Es de derechas, ha jugado en la liga francesa y está sin equipo. Podría ser un fichaje sonado que resolvería el problema de la sucesión. En España no disponemos de muchos políticos que hayan hecho cosas como para que nos sintamos orgullosos. De modo que, quizá, no sea mala idea traerlos de fuera. Podríamos probar una temporada, quiero decir una legislatura. A poco que hicieran, mejorarían lo que tenemos.
Milio Mariño / Artículo de Opinión / Diario La Nueva España
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