Los discursos del Rey, en Nochebuena, suelen ser aburridos
como un domingo por la tarde en un pueblo de Castilla. Pero, bueno… Al menos, sirven
para que pasemos unos días discutiendo sobre lo que dijo, lo que no dijo y lo
que, entendemos, quiso decir. Que nunca es nada nuevo. Los reyes no se salen
del guion, todos hacen el mismo discurso. Si quieren pruebas solo tienen que
echar un vistazo al mensaje de navidad de la reina de Inglaterra, Isabel II, quien,
al igual que Felipe VI, apeló a la concordia y el diálogo como ejes de su
discurso. La diferencia estriba en cómo se entendió ese mensaje, que es el
mismo, en un país y en otro.
Aquí, hay quien piensa que Felipe VI le echó un cable a Pedro
Sánchez. Eso dicen quienes interpretan que no apoyar la confrontación, que
proponen Casado y Rivera, y apostar por el diálogo supone un posicionamiento en
favor de la izquierda.
Tampoco debe extrañarnos. Cuando la oposición se hace a
pedradas suelen pasar estas cosas. Una llamada al diálogo se interpreta como
una traición no sé yo si a los Principios Fundamentales del Movimiento. Supongo
que serán esos principios los que algunos consideran traicionados porque lo sensato,
en una democracia, es lo que han propuesto Pedro Sánchez y Felipe VI. Cuya
coincidencia, en pedir diálogo, ha dejado con el culo al aire a Casado y Ribera.
A ver, ahora, qué hacen para tapárselo. Tendrán que disimular y esconderse
detrás de un seto porque, aunque no les falten ganas, no los veo cargando
contra La Zarzuela y diciendo que el Rey apoya a la izquierda.
De todas maneras, pueden estar tranquilos. El Rey, ya se lo
digo yo, no es de izquierdas. Según Pilar Eyre, autora de varios libros sobre
la familia real, el hijo es más de derechas que el padre. Una apreciación en la
que también coincide Pilar Urbano, quien asegura que, en cuanto a ideología
política, el Rey no es de nada, pero si tiene que ser de algo, Juan Carlos I tira
más a la izquierda. Siempre se llevó mejor con Felipe González y Zapatero que
con Fraga, Aznar y Rajoy. Pero el hijo es distinto.
El hijo no se parece al padre. Dentro del hermetismo que suele
rodear la Casa Real, quienes están en su entorno no dudan en afirmar que Juan
Carlos simpatizaba con la izquierda y Felipe es más de derechas. Lo único que, si
hablamos de matrimonios, los papeles, al parecer, han cambiado. A la reina
Sofia le atribuyen unos planteamientos que estarían próximos a la extrema
derecha mientras que a Letizia la sitúan, claramente, en la izquierda.
Decir que Letizia simpatiza con la izquierda no creo que sea
ningún secreto. Incluso se ha publicado que le une una gran amistad con Eduardo
Madina, a quien prefería como líder del PSOE, a pesar de que a Pedro Sánchez lo
conoce desde los tiempos del instituto. Los dos estudiaron juntos, en el mismo
curso, en el Ramiro de Maeztu. Y, a lo mejor, eso explica que la sorprendieran
varias veces, en un aparte, charlando animadamente con el líder socialista.
En cualquier caso, pierdan cuidado, el rey no es de
izquierdas. Tampoco es de izquierdas abogar por la reconciliación, la concordia
y el diálogo. Es de sentido común. Un sentido del que muchos andan escasos.
Milio Mariño/ Artículo de Opinión / Diario La Nueva España