Milio Mariño
A riesgo de parecer nostálgico, creo que atravesamos una mala época por lo que se refiere a la cosecha de políticos y altos cargos asturianos con influencia en la villa y corte. Ya tuvimos tiempos mejores. Cierto que contamos con una reina, que no es poco, pero la Reina de España ejerce menos de asturiana que su suegra de griega, de modo que nuestra influencia, en Madrid, casi se circunscribe a la familia Menéndez. A toda la saga: Adolfo, Rodrigo y Santiago, que es director de la Agencia Tributaria y conocido en ese ámbito como “Treméndez”. Apodo que no le vendría mal a su hermano Rodrigo, que también anda en lo mismo, como asesor de Cristóbal Montoro, y es el autor del esperpéntico, y famoso, documento en el que Hacienda compara al PP con Cáritas.
Santiago Menéndez ha salido de su casi anonimato por una frase: "Yo dispongo de todos los datos y son la repera patatera". Podía haber dicho: “la polla en vinagre”. Que, para el caso, se me antoja más acertado pues se refiere a que, en Castilla, antiguamente, había pájaros que se hervían en vinagre para luego presentarlos como delicia culinaria. Pero nuestro Menéndez, enfrascado en la tarea de perseguir a los defraudadores, no debía estar al tanto de ese detalle, o simplemente creyó que la alusión podía ser tomada por donde no era. Fuera por eso, o porque su educación, en el colegio Inmaculada de Gijón, no le permite aludir a expresiones que puedan considerarse groseras, recurrió a calificar los datos fiscales como: la repera patatera. Expresión que supone una variante de la pera limonera, frase que debió descartar porque no estaría bien traída ya que se refiere a una fruta de verano, fresca, viva y positiva.
No lo tuvo fácil, Santiago Menéndez para referirse a la que está cayendo con palabras bien sonantes. Madrid se ha convertido en el Chicago de finales de los años veinte, cuando el FBI disponía de una lista de los más buscados y Al Capone fue detenido por evasión de impuestos y enviado a la prisión de Alcatraz. Aquella Cosa Nostra de los Capone, Bonanno, Colombo, Genovese, Gambino y Luchese, es como si se hubiera reencarnado en El Bigotes, El Albondiguilla, Bárcenas, Granados y Pablo Crespo, que utilizaba, para más repera, el alias “Maxvell Smart”, del famoso Agente 86.
El entramado de empresas fantasma, hombres tapadera, testaferros, evasores de impuestos y políticos haciendo virguerías para que no los relacionen con sus ganancias ilícitas y millonarias, es tal que Santiago Menéndez y su brigada de inspectores puede pasar a la historia como Eliot Ness y Los Intocables.
Aunque no tengo edad, un servidor todavía cree en los héroes y muchas noches se duerme imaginando que lucha contra los malos y salva a su país de los corruptos, al tiempo que se queda con la chica rubia. No estoy solo en esa tarea, también imagino a Cristóbal Montoro en el papel de Jim Malone cuando pronunció aquella frase: “Si cruzas esta puerta, entrarás en un mundo del que nunca podrás salir. ¿Estás dispuesto a pagar ese precio?”
La respuesta supongo que ya la saben. Santiago Menéndez dijo sí, se rodeó de un equipo a su medida y se convirtió en el “Treméndez” que custodia un tesoro de datos fiscales que para él son la repera patatera y para nosotros la polla en vinagre.
A riesgo de parecer nostálgico, creo que atravesamos una mala época por lo que se refiere a la cosecha de políticos y altos cargos asturianos con influencia en la villa y corte. Ya tuvimos tiempos mejores. Cierto que contamos con una reina, que no es poco, pero la Reina de España ejerce menos de asturiana que su suegra de griega, de modo que nuestra influencia, en Madrid, casi se circunscribe a la familia Menéndez. A toda la saga: Adolfo, Rodrigo y Santiago, que es director de la Agencia Tributaria y conocido en ese ámbito como “Treméndez”. Apodo que no le vendría mal a su hermano Rodrigo, que también anda en lo mismo, como asesor de Cristóbal Montoro, y es el autor del esperpéntico, y famoso, documento en el que Hacienda compara al PP con Cáritas.
Santiago Menéndez ha salido de su casi anonimato por una frase: "Yo dispongo de todos los datos y son la repera patatera". Podía haber dicho: “la polla en vinagre”. Que, para el caso, se me antoja más acertado pues se refiere a que, en Castilla, antiguamente, había pájaros que se hervían en vinagre para luego presentarlos como delicia culinaria. Pero nuestro Menéndez, enfrascado en la tarea de perseguir a los defraudadores, no debía estar al tanto de ese detalle, o simplemente creyó que la alusión podía ser tomada por donde no era. Fuera por eso, o porque su educación, en el colegio Inmaculada de Gijón, no le permite aludir a expresiones que puedan considerarse groseras, recurrió a calificar los datos fiscales como: la repera patatera. Expresión que supone una variante de la pera limonera, frase que debió descartar porque no estaría bien traída ya que se refiere a una fruta de verano, fresca, viva y positiva.
No lo tuvo fácil, Santiago Menéndez para referirse a la que está cayendo con palabras bien sonantes. Madrid se ha convertido en el Chicago de finales de los años veinte, cuando el FBI disponía de una lista de los más buscados y Al Capone fue detenido por evasión de impuestos y enviado a la prisión de Alcatraz. Aquella Cosa Nostra de los Capone, Bonanno, Colombo, Genovese, Gambino y Luchese, es como si se hubiera reencarnado en El Bigotes, El Albondiguilla, Bárcenas, Granados y Pablo Crespo, que utilizaba, para más repera, el alias “Maxvell Smart”, del famoso Agente 86.
El entramado de empresas fantasma, hombres tapadera, testaferros, evasores de impuestos y políticos haciendo virguerías para que no los relacionen con sus ganancias ilícitas y millonarias, es tal que Santiago Menéndez y su brigada de inspectores puede pasar a la historia como Eliot Ness y Los Intocables.
Aunque no tengo edad, un servidor todavía cree en los héroes y muchas noches se duerme imaginando que lucha contra los malos y salva a su país de los corruptos, al tiempo que se queda con la chica rubia. No estoy solo en esa tarea, también imagino a Cristóbal Montoro en el papel de Jim Malone cuando pronunció aquella frase: “Si cruzas esta puerta, entrarás en un mundo del que nunca podrás salir. ¿Estás dispuesto a pagar ese precio?”
La respuesta supongo que ya la saben. Santiago Menéndez dijo sí, se rodeó de un equipo a su medida y se convirtió en el “Treméndez” que custodia un tesoro de datos fiscales que para él son la repera patatera y para nosotros la polla en vinagre.
Milio Mariño / Artículo de Opinión/ Diario La Nueva España
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Milio Mariño