lunes, 30 de septiembre de 2019

Partidos a trozos

Milio Mariño


Que Iñigo Errejón haya decidido fundar un nuevo partido y presentarse a las próximas elecciones es algo que, para muchos, era muy necesario. Según el Ministerio del Interior en España hay 4.772 partidos, pero, de todos ellos, solo 61 se presentaron a las elecciones del pasado 28 de abril. Con lo cual la oferta se redujo bastante y es muy probable que hubiera gente que se vio obligada a abstenerse porque, entre esos 61 partidos, no encontró ninguno que encajara con su perfil ideológico.  No todos tienen tan claro el voto como las monjitas de los conventos que, por más que digan que no les interesa la política, siempre saben a quién votar y acuden a las urnas, aunque ese día caigan chuzos de punta.

No es lo común. Los electores, en general, suelen ser exigentes a la hora de dar el voto. Quieren que haya alternativas que se ajusten a lo que piensan para, así, no romperse la cabeza y votar con comodidad. Les da lo mismo que esa exigencia obligue a que algunos líderes políticos tengan que dejar la formación que venían representando y fundar un nuevo partido. Ahí está Llamazares que, después de llevar algo de más de tres décadas en Izquierda Unida, tuvo que montar Actúa, porque quienes le seguían se lo exigieron, al ver que no iba como cabeza de lista por Asturias.

Con Errejón ha pasado algo parecido. Errejón siempre dijo que era partidario de que las fuerzas progresistas se unieran, pero las bases exigieron que se separara y concurriera a las elecciones con un nuevo partido cuyo objetivo es favorecer la unidad.

Esto de lo que hablamos, esto de que un dirigente abandone el partido y funde una nueva formación política, que ocurre sobre todo en los partidos de izquierdas, es algo natural y sencillo por más que siempre haya interesados que traten de darle vueltas y buscar contradicciones donde no las hay. Los partidos surgen por la demanda de los electores. No se trata de personalismos ni caprichos de personas que digan aquí se hace lo que yo digo y si no se hace fundo yo mi partido. Podrá parecerlo, pero no es así. Que Podemos esté formado por En Mareas, Compromís, Barcelona en Comú, Elkarrekin, Adelante Andalucía, Equo, IU, Unidad Popular, Anticapitalistas y no sé si alguien más no obedece a que, quienes están al frente de cada una de esas organizaciones, se nieguen a someterse a las estructuras de un partido tradicional, con su “aparato” y su jerarquía. Obedece a la idea de que haya un mayor pluralismo sin que tengan que ver, para nada, los intereses personales o el afán de protagonismo.

La explicación oficial va por ahí. Es lo que suelen decir y yo me lo creo porque soy optimista y no veo malicia en seguirles la corriente y usar la ironía. Pero claro, si me preguntan por qué algunos partidos acaban a trozos mi opinión es distinta. Para mí, lo que ocurre no es que surjan diferencias ideológicas insalvables o haya enfoques políticos radicalmente distintos. Lo que, de verdad, provoca que alguien, como ahora Errejón, funde un nuevo partido es la falta de mimos. Si Errejón se hubiera sentido mimado no se habría embarcado en esta nueva aventura. De modo que la mejor receta, para evitar que los partidos se rompan, es que haya más mimos y menos debates políticos.


Milio Mariño / Artículo de Opinión / Diario La Nueva España

1 comentario:

Milio Mariño